Boletines 2014

curso2014Boletín 1

La medicina en la era pre-científica operaba con las palabras. En la antigüedad, la función de los médicos era encontrar para cada enfermo la significación del “deseo” de su enfermedad, darle un sentido. El sujeto no solo iba al médico para ser curado, sino que además quería que fuera interpretado el deseo que había estado al comienzo de su enfermedad. El médico tenía una función de intérprete, constataba lo que había y decía lo que pasaba. A partir de la aparición del discurso de la ciencia, el médico se convierte en un técnico de la biología, del organismo. El cuerpo dominado por la ciencia convierte al médico en un especialista de dolencias sin sujeto sufriente.
El cadáver es el primer objeto de la medicina científica. No es el cuerpo sino el organismo, es el origen de la biología molecular, la materia del tejido humano. Es el cuerpo cuando está muerto, cuando no habla más. Es el tejido vivo, pero no es el soporte del deseo.

Rolando Gianzone


Boletín 2

Daniel Senderey nos acerca este aporte:

Lacan nos enseña que lo más propio del cuerpo es su connivencia con el goce, no solamente del lado del placer sino también en su más allá, aquello que confina con el dolor.


Boletín 3

Las manipulaciones genéticas no se dirigen a la elección del color de piel, los ojos, o el pelo de un sujeto, o a la prevención de enfermedades orgánicas potencialmente mortales.

El eugenismo tendría como fin la normalización de los comportamientos y la obtención de un goce estandarizado y sobretodo controlable. Este nuevo modo de goce homogenizado sería entonces el eje de una biopolítica del amo actual, y la política del discurso analítico es anoticiarse de ello.

Daniel Senderey


Boletín 4

Cuando un médico asiste a un sujeto cuyo síntoma en el cuerpo persiste, se repite o cuando se trata también de un fenómeno psicosomático (FPS), es necesario que ese médico pueda realizar un trabajo de indagación exhaustivo de ese síntoma. Que su acción pueda ser puntual y transitoria, evitando aquietar ese enredo corporal. Que ese médico pueda hacerse un “pasador” del síntoma. Que le otorgue dignidad al síntoma. Un trabajo preliminar que permita el comienzo de un análisis por un analista.

Rolando Gianzone


Boletín 5

El síntoma histérico es presencia del significante del Otro que marca el cuerpo, produciendo el surgimiento traumático del goce. La organización del síntoma histérico gira alrededor del amor por el padre, que mantiene el cuerpo siempre a punto de desagregarse.

La interpretación, más allá del Nombre del Padre, debe tocar lo real o sea a partir de lo simbólico hacer que algo resuene en el cuerpo.

Se trata de operar con el amor de transferencia produciendo S1 que fijen el goce pero también un S2, elucubración de saber sobre el goce. Un saber que para el psicoanálisis pasa por lo singular mientras que la ciencia intenta operar con un saber universal que forcluye al sujeto.

Daniel Senderey


Boletín 6

Agradecemos el aporte que nos ha enviado nuestro colega Juan Fernando Capisano integrante del IOM pergamino.

«Podremos leer la mente» Entrevista a Rafael Yuste ANTONIO HEREDIA

PABLO JÁUREGUI Madrid Actualizado: 22/03/2014 04:00 horas

Rafael Yuste [1] es el Cajal de nuestros tiempos. Si a principios del siglo XX el Nobel aragonés desveló la estructura de las neuronas, hoy este sabio madrileño fugado a EEUU ha empezado a trazar una cartografía completa de todo el cerebro humano. Desde el laboratorio que dirige en la Universidad de Columbia en Nueva York, Yuste lidera el Brain Initiative [2], un proyecto impulsado por el presidente Obama para desentrañar la increíble complejidad de toda nuestra actividad neuronal. Para Yuste, ningún desafío es más atractivo ni más importante, porque comprender el cerebro es el único camino para comprendernos (y ojalá mejorarnos) a nosotros mismos. Esta semana ha visitado Madrid para presentar sus investigaciones dentro del cicloCiencia y Sociedad: ¿Seremos inmortales?, [3] organizado por laFundación Banco Santander [4] y dirigido por Eduardo Punset.

¿Hasta qué punto sigue siendo el cerebro el órgano más desconocido o, como dijo Cajal, una «selva impenetrable»? Lo sigue siendo, sin duda. Es la única parte del cuerpo para la que aún no tenemos una teoría general sobre cómo funciona. Y es un desafío que lleva afrontando la neurociencia más de 100 años. En concreto, son las zonas superiores que componen la corteza cerebral las más desconocidas. Y son precisamente esas áreas las que generan la actividad cognitiva más sofisticada que distingue al ser humano. ¿Cree que su proyecto logrará penetrar y explorar por primera vez esa selva neuronal? Ése es el objetivo. Lo que hacen falta son técnicas nuevas, porque las que tenemos desde hace un siglo no son suficientemente potentes para dejarnos ver la estructura y la función de los circuitos de la corteza cerebral. En la Neurociencia estamos en un momento en el que se están incorporando a la batalla científicos de otras disciplinas, sobre todo de la Física, la Ingeniería, la Química y la Matemática. Y tenemos el convencimiento de que con este tipo de abordaje multidisciplinar se podrá retomar y descubrir al fin qué se esconde en el bosque cerebral.

¿Cuál es el mayor obstáculo para lograrlo? Lo más difícil es registrar la actividad de grupos de neuronas simultáneamente para ver lo que hace un circuito entero. Los neurobiólogos llevamos muchos años registrando la actividad de neuronas con electrodos, de una en una.

Pero esto es como si intentaras ver una película en la televisión pudiendo ver sólo un píxel. Entonces, por mucho que mires a un píxel, es imposible que te enteres de lo que está pasando. Por eso, lo que necesitamos son técnicas que nos permitan ver toda la pantalla y registrar simultáneamente todas las neuronas de una zona del cerebro que se esté utilizando para realizar un comportamiento. Si logramos esto, podremos ver por primera vez lo que está ocurriendo detrás del telón del cerebro, lo que hacen todas las neuronas que trabajan juntas.

Y cuando logremos ver toda la película del cerebro, ¿podremos leer el pensamiento de una persona? Yo creo que sí. Estoy convencido que dentro del cráneo no hay magia, la mente humana y todos nuestros pensamientos, nuestros recuerdos y nuestra personalidad, todo está basado en disparos de grupos de neuronas. No hay nada más, no hay un espíritu en el éter. En todos los animales esto es así. Las neuronas se disparan y ocurre un comportamiento. En nuestro caso, tenemos la experiencia psicofísica de que tenemos pensamientos, ideas e imaginación, pero todo esto tiene que deberse al disparo de neuronas. El gran desafío es descifrar cuáles son las bases físicas de los comportamientos y estados mentales. Tardará mucho tiempo, pero algún día se logrará.

Si conocemos el disparo de todas las neuronas, seremos capaces de descifrar lo que un animal o una persona están pensando. Y si pudiéramos leer el pensamiento, ¿podríamos llegar incluso a predecir el comportamiento que va a tener una persona? Sí, de hecho, llegará un momento en que habrá un modelo de lo que ese sistema nervioso está haciendo, y la prueba de que un modelo funciona es que se pueda predecir. Todo esto parece derrumbar por completo el concepto del libre albedrío. Si todo lo que hacemos no es más que el resultado de disparos de neuronas, ¿somos puras marionetas de nuestro cerebro? Yo en este sentido soy muy biológico, insisto en que no hay magia. Lo que hay es un gran desconocimiento sobre cómo funciona esta máquina. Pero estoy seguro de que la conciencia surge del sustrato físico que tenemos en el encéfalo. En todo caso, el problema del libre albedrío es muy complejo y hay que ser muy prudentes a la hora de hablar de esta cuestión. En el cerebro ocurre algo muy raro: cuando las neuronas se conectan unas con otras, lo hacen de manera aleatoria. Tras el disparo de una neurona, la sinapsis no siempre se activa. Entonces hay un momento estocástico [no determinista] en el que las conexiones neuronales disparan o no disparan. Es muy posible -aunque estoy especulando- que lo que llamamos libre albedrío tenga que ver con esto, igual que en la Física, concretamente en la mecánica cuántica, no todos los fenómenos son deterministas. Pero si todas nuestras acciones se deben a disparos de neuronas, ¿cómo afrontamos el problema de atribuir responsabilidad a una persona por cometer un crimen? No sabemos todavía cómo contestar a esa pregunta, pero estoy convencido de que la Neurociencia va a cambiar nuestra manera de percibir la responsabilidad criminal, porque transformará la definición de lo que consideramos normal y anormal o patológico en el cerebro, y por tanto de la responsabilidad de un individuo por sus comportamientos. En todo caso, hoy todavía hay muchas personas que siguen creyendo en un alma o espíritu que existe más allá del sustrato neurológico del cerebro.

¿Qué les diría desde su perspectiva neurocientífica? No tenemos ninguna razón para asumir que el concepto del alma sea cierto, ya que estamos abordando el problema de entender el funcionamiento del cerebro como cualquier otra parte del cuerpo que ha creado la evolución. La ciencia y la medicina funcionan a base de crear un edificio en el que podemos demostrar que todos los ladrillos son verdad, sin utilizar presuposiciones que no se pueden demostrar. En este edificio no tenemos ninguna necesidad de incorporar conceptos como el alma. Yo no puedo asegurar que no exista el alma, porque no sería un buen científico si lo dijera, pero lo que sí le puedo asegurar es que para los neurobiólogos que estamos intentando descifrar cómo funciona el cerebro, es un concepto que no utilizamos en nuestro trabajo. Estamos intentando descifrar el cerebro como un sistema biológico, al igual que los cardiólogos cuando intentan descifrar cómo funciona el corazón.

Hablemos entonces de las aplicaciones médicas que podría tener su investigación. ¿Qué expectativas tiene sobre tratamientos futuros para enfermedades neurológicas? Tengo muchas esperanzas. De hecho, en mi laboratorio, aunque somos científicos básicos y la mayor parte de nuestro trabajo se centra en entender cómo funciona la corteza cerebral normal, tenemos también proyectos para estudiar la epilepsia y desarrollar modelos de esquizofrenia y autismo en ratones. El año pasado publicamos un experimento en el que pudimos detener ataques epilépticos en ratas. Ahora tenemos que dar el salto de los animales a los ensayos clínicos, y esto podría llevarnos entre cinco y diez años. ¿Sus investigaciones podrían ayudar también a pacientes inmovilizados por parálisis? Sí, mis colegas de la Universidad de Brown están trabajando con pacientes que no pueden mover los brazos o las piernas, por ejemplo tras un accidente de coche, con electrodos implantados en la corteza cerebral, que están conectados a interfaces cerebro-computadora, y con estos interfaces consiguen mover brazos robóticos. Esto se logra registrando la actividad de muy pocas neuronas, aproximadamente una docena. Pero nosotros estamos desarrollando técnicas que permiten registrar la actividad de miles de neuronas. Imagínese la potencia que podrían lograr estos pacientes para controlar brazos robóticos a través de interfaces con una tecnología basada en la actividad de cientos de miles de neuronas. Es posible que puedan realizar movimientos bastante sofisticados, e incluso llevar una vida bastante normal. Esto podría estar a nuestro alcance a cinco años vista. ¿Se podrá avanzar también contra las enfermedades mentales? Sí, éste es un objetivo fundamental. De hecho, uno de los grandes apoyos que ha tenido nuestro proyecto en EEUU ha sido del Instituto Nacional de Enfermedades Mentales, porque tanto los psiquiatras como las compañías farmacéuticas y los investigadores creemos que con los abordajes tradicionales no vamos a poder entender la verdadera causa de la esquizofrenia, el autismo y otras enfermedades mentales que son lacras para la Humanidad. Pero estas nuevas técnicas nos van a permitir ver la imagen completa de la actividad neuronal, y comparar la de un enfermo con la de una persona sana para averiguar dónde está el problema. Estoy convencido de que con esta estrategia vamos a lograr grandes avances. ¿Y el drama del Alzheimer? El Alzheimer es algo muy diferente, se trata de una acumulación de la basura extracelular que no se limpia por razones que no se comprenden bien. Y esto acaba provocando demencia. Creemos que las técnicas que estamos desarrollando podrían ayudarnos a lograr diagnósticos mucho más precoces de este problema. Si ponemos estas herramientas en manos de los médicos, sin duda les ayudará a tratar a estos pacientes de manera más eficaz. ¿Hasta dónde puede llegar la inteligencia artificial?

¿Se podrán fabricar ordenadores o robots capaces de replicar el cerebro humano? Esto ya está ocurriendo. Por ejemplo, los iPhone ya están empezando a suplementar el cerebro humano con interfaces cerebro-computadora. Fíjese el cambio que estamos teniendo como sociedad con la incorporación de los teléfonos inteligentes. Yo creo que cuanto más se conozca cómo funciona el cerebro, más potencia van a tener este tipo de herramientas y más vamos a transformar a nuestra propia inteligencia y cultura como Humanidad. Pero el desarrollo de máquinas con inteligencia humana es algo que inquieta a muchas personas. De hecho, las películas de ciencia ficción casi siempre reflejan este miedo a un futuro de robots que se rebelan contra su creadores. ¿Qué opina? Yo volvería al ejemplo del iPhone, que es una máquina potentísima y no se ha vuelto contra nosotros. Yo creo que son herramientas que el hombre siempre va a estar controlando. Volvamos atrás en el tiempo. El hombre inventa la rueda, domestica a los caballos o inventa la agricultura, y esto transforma su cultura y civilización. Yo pondría la inteligencia artificial en esta categoría de herramientas técnicas que la Humanidad ha desarrollado a lo largo de su historia, que nos han engrandecido. No lo veo como algo peligroso, como el que imagina al robot que se vuelve más inteligente que nosotros. Yo diría más bien que nosotros nos haremos más inteligentes gracias a ellos. El camino de la ciencia es un camino de ayuda a la Humanidad. Si repasamos la Historia, ha sido siempre el motor del progreso. Precisamente por ese motivo, supongo que le preocupa la delicada situación de la ciencia en España. A mí me duele la crisis de la ciencia en España en mis propias carnes. Tengo montones de amigos en España, como mis queridos colegas del Instituto Cajal en la Universidad Politécnica de Madrid, con los que colaboro desde hace una década. Hacen un trabajo excelente y les veo sufrir. Me parece terrible lo que está pasando porque creo que los responsables políticos que gestionan la economía no entienden que la ciencia de hoy es el futuro de mañana. Los que tiran del carro de un país son los científicos que crean patentes nuevas con las que después las empresas generan riqueza.

Por eso, si recortas en ciencia, estás cortando las alas a la sociedad y pones en riesgo su futuro


Boletín 7

Freud observó que los síntomas conversivos somáticos no respondían a la anatomía, a esto lo llamó «complacencia somática». Esta complacencia del cuerpo, es una sumisión del cuerpo al deseo, un «decir que sí» del cuerpo.

Lacan, en cambio, ubica el fenómeno como «rechazo del cuerpo». En referencia al discurso del amo y respecto al funcionamiento normativizado del cuerpo, el cuerpo histérico se rebela. Lacan señala un «decir que no».

La complacencia somática y el rechazo somático son dos caras del mismo fenómeno, uno en relación al deseo y el otro referido al significante amo.

Rolando Gianzone


Boletín 8

Jacques Lacan escribe en la Tercera: De qué tenemos miedo? De nuestro cuerpo. Es lo que manifiesta ese fenómeno curioso sobre el cual hice un seminario durante todo un año y que llamé angustia. La angustia es justamente algo que se sitúa en otra parte en nuestro cuerpo, es el sentimiento que surge de esa sospecha que nos asalta por reducirnos a nuestro cuerpo.

Es una forma de ubicar al síntoma como acontecimiento de cuerpo y el goce como un afecto del cuerpo que se puede vivir con angustia tal cuál como se manifiesta en los llamados «ataques de pánico».

Daniel Senderey


Boletín 9

Desde que el sujeto es sujeto del significante, no puede identificarse con su cuerpo. La falta de identificación subjetiva con el cuerpo se evidencia especialmente en la histeria.

El psicoanálisis se ubica justamente en esta falla entre el ser y su cuerpo y plantea que la relación que el sujeto mantiene con su cuerpo es de tener.

Para Lacan el cuerpo en tanto uno, es del orden de lo imaginario. Así aparece el cuerpo en los esquemas de Lacan, en su gran grafo, esto es, como imagen. Pero su tesis es de que al uno del cuerpo se lo atrapa a partir del significante y no de la naturaleza.

Rolando Gianzone


Boletín 10

Jacques-Alain Miller nos orienta cuando establece que el toxicómano no busca el Otro sexo, el verdadero toxicómano usa su propio cuerpo para la satisfacción pero en una ruptura con lo fálico, soldándose a un «ser sin límites maníaco». (Extraído de Miller,Jacques-Alain: Para una investigación sobre el goce autoerótico).

Daniel Senderey


Boletín 11

Nos enfrentamos en la actualidad con el despedazamiento de la unidad corporal del viviente. Las operaciones de trasplantes de órganos marcan desde hace tiempo el espíritu de la época. Se prevé, se anuncia, el futuro del cuerpo fragmentado, su devenir despedazado.

Este despedazamiento ha llegado hasta el nivel de la ingeniería genética. Se ha llegado hasta allí, plantea Jacques-Alain Miller, porque se tocó lo real del cuerpo, porque no se detuvieron en la imagen de la bella forma.

Aparecen lo neo-órganos y de allí se pasa rápidamente a nivel del mercado.

Rolando Gianzone


Boletín 12

Nuestro siglo con sus revoluciones tecnológicas afecta lo real del cuerpo, los modela, intenta tornarlos inmunes a la enfermedad, al envejecimiento, a la desvitalización, a la castración.

Daniel Senderey

Se acompaña viñeta ilustrativa:

¿El hombre más conectado del mundo?

Chris Dancy tiene 45 años y entre 300 y 700 accesorios y programas funcionando en su cuerpo al mismo tiempo.

HIPERCONECTADO. Chris Dancy con sus gadgets.

¿El hombre núclear? ¿El Inspector Gadget? No, es Chris Dancy, un fanático de la tecnología que se jacta de ser el más conectado del mundo.

En su cuerpo tiene una variedad de dispositivos que van desde una pulsera Fitbit, pasando por un reloj inteligente Pebble hasta los conocidos Google Glass. Ni siquiera se desconecta cuando duerme: usa Beddit, un sistema que se coloca en el colchón para evaluar la forma en la que duerme. Sí, incluso su cama es smart.

Esta es la explicación que Dancy le dió a Mashable para estar hiperconectado: «Empecé hace cinco años, cuando descubrí que mi doctor tenía problemas para estar al día con mi ficha médica. Al mismo tiempo, me preocupé porque el trabajo que hacía en Internet se podría perder si había una caída del sistema. En un esfuerzo por guardar esta información empecé a buscar formas de recolectar información cuando no tenía tiempo de escribir».

Toda esta tecnología lo ayudó a mejorar su vida: «perdí 45 kilos y aprendí a meditar. Además soy mucho más conciente de cómo respondo a la vida y tomo pasos para ajustarme a mi medio ambiente. También tomé mejores hábitas gracias al feedback que recibo», concluyó.

Pero Dancy no está solo en esta aventura, sus perros lo acompañan: con Tagg puede saber dónde están y almacenar sus actividades diarias. Mascotas 2.0.


Boletín 13

Desde que el sujeto es sujeto del significante, no puede identificarse con su cuerpo.
Esta es la razón del afecto por la imagen de su cuerpo.

El enorme engreimiento narcisista de lo humano, proviene de este defecto de identificación subjetiva al cuerpo.

La falta de identificación subjetiva con el cuerpo se evidencia especialmente en la histeria.

Rolando Gianzone


Boletín 14

Aporte enviado por Cecilia Scovenna

Alianza de la función forclusiva de la ciencia con la demanda psicótica.

http://www.cronica.com.ar/article/details/7385/se-perforo-la-mejilla-para-comer-por-el-cachete