Lo salvaje en un relato

darin

Por Elvira Dianno

No se sabe muy bien como fue que Relatos Salvajes[1] se convirtió en la película nacional más taquillera de los últimos tiempos, más allá de cinéfilos o devoradores de celuloide chatarra , se viralizó de tal manera  en los medios y hasta en el consultorio que decidí  verla rápidamente sin ningún tipo de preparativos previos. ¿Será la curiosidad uno de los ingredientes de  un analista a la altura de la subjetividad de su época? Esta orientación  nos ha convertido a muchos en amateurs del cine y las series.

Menuda sorpresa me llevé frente al impacto de la nave de los locos que se estrellaría en un jardín sin mucho preámbulo, Pasternak sube a su avión a todos sus victimarios para su último concierto.

Uno tras otro los seis salvajes relatos despertaron la hilaridad del público que llenaba la sala de un miércoles  cualquiera en una programación en continuado que repetía y repetía el éxito de boletería que resultaba de los desterrados del orden simbólico que – desde una butaca, pochocho y carbonatada mediantes -se identifican con el personaje que popularizó la zaga: en las colas de los supermercados la gente habla de la película de Darin.

Tal vez fue ese aspecto de hombre común, amigo de Susana Giménez, que se anima a pelear con el gobierno, desalineado idealista que en otros éxitos de película casó a su madre con Alzheimer y actuó de truhán bueno, ¿que mejor que él para interpretar al héroe solitario, victima de  la furia urbana que puede desatarse frente al Otro que no existe pero recauda? Tan es así que, vaya coincidencia,  a la mañana siguiente me llamo por teléfono para  decirme no se qué de Green Peace. Su personaje Bombita experto en implosiones, explota en busca de justicia y se transforma en líder de sus compañeros de cárcel, los espectadores de la sala,  medios y  tertulias. Fue el que más risas cosechó. Todo sin que ningún cuerpo salga dañado.

Cierto es que el grotesco -género que Szifrón explota muy bien en  el film de la mano de los Almodóvar -logra un efecto desmesurado que mantiene al público 120’  en ascuas, entre risas y suspiros. Las crónicas hablan de un denominador común: la violencia, la venganza. Relatos dividió las aguas de las comidillas entre los que fueron a verla, los que quieren ir y los que decidieron no ir porque no están de acuerdo con que se fomente la violencia o porque ya tienen suficiente con las crónicas televisivas.

Un saldo de unos 40 muertos en una avión, dos en una ruta, uno envenenado en un parador de ruta de Arizona, dos en un accidente, otro en un acto de justicia por mano propia; una boda que no era griega llena de vidrios y platos rotos; ricos,  pobres y fiscales, corruptos; mucho odio, algo de culpa, casi nada de responsabilidad; el Otro -ausente sin aviso- en media docena de relatos que lo que tienen como denominador común es -y podríamos discutir uno por uno –  una serie de episodios que entrelazan la fina distancia que va del acting out al pasaje al acto, una película de acción .

¿Es ese el hilo de Ariadna que enlaza las seis historias? Szifrón dice lo salvaje, pero ¿qué es lo salvaje? Lacan dice que un acting out es una transferencia salvaje y salvaje también es  el atravesamiento del fantasma en un pasaje al acto.

De eso hay y de sobra en el film, pero ¿cuál es el relato? ¿Hay relato? Que los grandes relatos hayan caído no quiere decir que no los anden buscando. Seis micro-relatos en busca de un gran relato que le de sentido a la zaga. Una puesta donde el único relato parece ser el de Szifrón. El director muestra el mundo desde seis ventanas, una mirada crudamente posmoderna donde cada relato despojado, fragmentado del que sigue, muestra historias que parecen quedar por fuera de toda tramitación simbólica necesaria para la ficcionalización de un relato.

¿Puede un relato ser salvaje o será que ambos términos se excluyen? Tal vez sea un oxímoron y Szifrón quiso contar que no hay relatos. De los grandes sabemos que poco y nada, por eso en una factura de una ortodoxia posmoderna -a la letra de Lyotard -delinea cómo los cuerpos por fuera de todo contrato estallan por los aires. A excepción de Bombita.

“Si el límite de la palabra en el diálogo es el insulto, una vez atravesado este límite es el pasaje al acto violento el que viene a golpear lo inefable que se ha hecho presente en el otro”[2] dice Bassols.

Y Lacan en el Seminario La angustia se refiere a que “La violencia real surge cuando la ficción simbólica, la estructura simbólica que garantiza la vida de la comunidad se desmorona”[3].

La pregunta del millón es ¿por qué tan taquillera? ¿Porque es salvaje, porque no hay Otro, porque no hay grandes relatos, porque ninguno de sus personajes espera nada del Otro, porque es una semblanza de la época donde el empuje al goce es tan descarnado, tan descarado que cualquier cosa se puede esperar que suceda y cada quien encuentra en la pantalla con quien/es identificarse o reconoce a alguien? El film es de una ominosa familiaridad y las carcajadas y el aplauso final -que en Toronto fue de pie- devela que Relatos Salvajes es taquillera porque muestra que los pasajes al acto y los actings vienen ganándole la partida a los relatos ,sabemos de la relación del acting con la opacidad de lo reprimido y del retorno de lo reprimido en los pasajes al acto, entonces la sorpresa del gran espejo de celuloide hace reír a más de uno porque  ya nos había dicho Freud que el chiste estaba hecho de la misma estofa que el Inconsciente.

Ahora bien, y Bombita ¿por qué ese personaje de Darin es el más votado en el recuento de las identificaciones? Tal vez haya algo que va más allá de ese aspecto de pibe bueno de barrio que rememora algo del etos y del epos de un relato. Bombita pide que le pidan disculpas. Tan mal quizá no estamos.

 

 

[1] Film de Damián Szifrón, Argentina 2013

 

[2] http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Pasaje-acto-violento_0_1211278881.html

 

[3] Lacan. J. El Seminario, Libro 10: La Angustia. Buenos Aires: Paidós. 2006

 

*Elvira Dianno (Miembro de la EOL Sección Santa Fe . AMP). Presentado en las XVI Jornadas Anuales Sección Rosario: Nuevos cuerpos. Nuevas satisfacciones. Respuestas del psicoanálisis  el 4 de Octubre de 2014, en la ciudad de Rosario.