Hemos recibido con alegría la propuesta de algunos que querían iniciar un intercambio. Un modo de romper el aislamiento de los cuerpos.
Nos encontramos con la evidencia de que la Escuela no se encuentra en calle Urquiza, ni en ninguna otra dirección. Una novísima Miembro de la EOL me recordaba hace pocos días que en un momento para Lacan la Escuela fue el buzón donde recibía su correo.
Recibimos el nombre de este intercambio con entusiasmo: “Entretiempo”. Una propuesta amplia, en la que los Miembros, Adherentes ,Participantes y Cartelizantes de la Sección Rosario pueden sostener la transferencia de trabajo.
Entretiempo es el respiro que se toma para descansar, antes de volver a salir a la cancha. A mitad del partido uno puede usar el entretiempo para replantear estrategias, para ver como organizará las próximas jugadas. Es decir, en el título anida el deseo de salir a la cancha a jugar. Ya sabemos que no es algo que deba apresurarse.
Lo que tratamos es de salvar la espera indefinida de una resolución (ideal?) de volver al funcionamiento habitual como si nada hubiera pasado. Una condena a la parálisis del pensamiento y al empantanamiento de la acción. ¿Cómo?: ese es el problema que tratamos de localizar con “Entretiempo”.
Por otra parte, sabemos bien que en el lugar de cada uno, la relación a la causa analítica no se encuentra suspendida. Allí no hay entretiempo.
Sucede que nos encontramos con el desafío de sostener la transferencia de trabajo de nuevos modos. Hacer este ejercicio es el único modo de prepararnos para lo que vendrá en la civilización actual. Por eso convocamos a todos los modos y recursos, hablemos de psicoanálisis, pero de cine, de literatura, de memes. De todo aquello que permite alguna consistencia del lazo. En definitiva siempre estamos hablando de psicoanálisis y en ese sentido solamente podemos dejarnos enseñar, por la clínica y por la época.
Mientras hacemos esto, en el entretiempo, cuidémonos.

Daniel Perretta
Director de la Eol Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 1

Poco ortodoxa: la música como pivote
Verónica Lagamma​​

Me interesa realizar un breve comentario sobre la serie de Netflix, “Poco ortodoxa”, (Unorthodox, 2020), inspirada libremente en la vida de Deborah Feldman. La ficción centra su trama en la historia de Esty Shapiro, una judía jasídica de Brooklyn que huye a Berlín para escapar de su matrimonio. Si bien se puede realizar varias lecturas de esta miniserie ya que toca temas insoportables como la cuestión de la infancia, el lugar de los Otros parentales, lo femenino, la religión, etc. Yo elegí escribir sobre el lugar de la música: el sonido, la sonoridad, el eco, el ruido y lo a-fono.

Al comienzo aparece la música, la voz cantada, como algo compartido con su abuela. La música como la vía de salida y tormento. Además hay en la protagonista un interés por aprender a tocar el piano. Y cuando viaja a Berlín es acogida por un grupo de músicos.

Hay una coyuntura que quiero destacar. Una cuando Esty es impulsada por el sonido de un coro que canta en una iglesia. Y otra cuando escucha gritos femeninos que pasan por un puente. En esa contingencia se produce un descubrimiento, Esty grita también. Es el eco del sonido de su voz que se reproduce en el puente. Escucha su voz, es un grito liberador, un grito que agujerea el silencio. La contingencia de un sonido nuevo le posibilita trazar un puente entre lo real y el sentido.

Recordemos lo que Lacan dice, en el seminario 20: «Alguna vez – no sé si tendré tiempo algún día – habría que hablar de música, al margen”. Entonces ¿Qué hallamos con la música? Hallamos un tratamiento del objeto del goce en los márgenes del lenguaje. Con la música se arregla algo, es un saber hacer con el sonido para acallar el ruido del objeto a.

La música toca lo indecible del lenguaje hablado, toca al cuerpo y al mismo tiempo sitúa ese goce separado del cuerpo. La música testifica y cubre al mismo tiempo el objeto a.

El objeto voz no pertenece al registro sonoro, su función se manifiesta como a-fona. La voz en cuestión es a-fona, no es audible, salvo cuando se positiviza en la psicosis. La voz cantada acota a la voz como objeto a para hacerla callar. Incluso es un modo, no el único, de hacer callar a la voz interdictora, superyoica, la voz de dios.

¿Por qué te fuiste? le preguntan a Esty. Ella responde: «Dios esperaba mucho de mí”.

Otra escena donde la música toma un lugar central es cuando en la capital alemana, su grupo de amigos estudiantes del conservatorio la invitan a una fiesta en un boliche. En ese lugar, todos bailan y disfrutan la música de Catnapp, una DJ argentina que está instalada en Europa. La música de Catnapp, es poco ortodoxa, combina varios ritmos. Una escena donde vemos como el ritmo se corporiza, vivificando al cuerpo. Son cuerpos impulsados a bailar. Allí se trata de celebrar el placer, acaso el placer del movimiento de los cuerpos. Escenas que convocan a un cuerpo que goza.

Una de las compañera de Esty escucha a Esty tocar el piano y le dice:”… la música es un regalo de dios, no eres buena tocando el piano,…eso que haces no alcanza…» Esta frase desidealiza el deseo, es decir, la música no solo requiere de práctica es un regalo, algo así como un don. Hay un don en Esty, un don musical, que no está en relación al sonido del piano sino a la voz cantada. Se juega allí también un entramado con su historia: la voz y las mujeres. Podríamos agregar que todos tenemos un don, un saber hacer que hay que descubrir, dejar salir, o hacerlo escuchar. Es también el lugar del analista el que nos hace escuchar y resonar nuestros significantes para saber hacer con ellos.

i-Jacques Lacan, Seminario 20, “Aún”, Paidós, Buenos Aires 1981, p. 140.

Verónica Lagamma
Participante EOL Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 2

Se abre este espacio que se ha dado en llamar entretiempo para que cada uno diga y les diga a los demas. Buena medida la de propiciar el acercamiento subjetivo. Respondo enseguida lo que se me ocurre.
Me quede en el «entretiempo» y recordé que esta palabra la usábamos bastante en otra época y nos ocupábamos de mantener su lugar. Con el transcurrir del tiempo ya no le dimos el mismo valor y después ya no se usó más. Me refiero a la «ropa de entretiempo», esa que se usaba en el tiempo que transcurría entre el calor del verano y el frio del invierno. Era una categoría simbólica el entretiempo, marcaba el ropaje y hasta un semblante en la indumentaria, ni lana ni seda, podría ser lanilla, biyela, etc.
Pero eso ya pasó, de repente el entretiempo nos fue dejando, ese tiempo en el que uno estaba preparado para que no le ocurriera el «no saber que ponerse» el no saber que hacer.
Ahora pasamos del frío al calor o viceversa, sin entretiempo.
Miller nos recuerda que la naturaleza ha sido devorada por lo real que la reemplaza y prolifera.
Otro entretiempo que venimos viendo amenazado es la latencia según Freud, momento de comprender antes de concluir. La pulsion parece acortar su recorrido y querer alcanzar el objeto a, sin las vueltas necesarias de su circuito queriendo alcanzar la satisfacción inmediata.
Por eso el entretiempo tiene su valor para comprender sin apresurarnos a concluir y para que la pulsion se vaya localizando en el propio recorrido.
En lo personal he estado en esta pandemia en el momento de ver de una manera casi voraz. Ver peliculas, información, leer que decían otros psicoanalistas, escritores,filósofos ,politólogos.
Eso se ha atenuado, creo que el entretiempo me ha hecho bien, ese pasaje como categoría que orienta mi practica hoy, mis proyectos, mi respuesta a la pandemia.
Un entretiempo necesario para no apresurar conclusiones, resulta para mi un significante que ademas incide sobre la pulsión cuando se me presenta de manera mortífera.
Recuerdo un sueño que me llevó a un recuerdo infantil que fue un antes y un despues en mi análisis. Vivía en un pueblo y la corriente eléctrica era alternada (en realidad es alterna pero yo la recordaba como alternada).Sufrí un accidente doméstico .Siendo niña una descarga eléctrica atraviesa mi cuerpo y me arroja.El recuerdo queda guardado como «que suerte que era corriente «alternada» si hubiese sido «continua» podría haber sido fatal.
Alternancia en la continuidad puede ser vital asi como un significante que localiza el goce.
Recrear el entretiempo y ponerlo en juego, inventar, una propuesta que también escuchamos en estos días considerada por los padres de niños pequeños, los mismos que hace un tiempo estaban habitados por el goce de no saber qué hacer con ellos, como ubicarlos en su agenda.
Finalizo diciendo que elegí para ilustrar esta nota la obra de Dalí «La desintegracion de la persistencia de la memoria» de 1954 que la hace como respuesta o remake de una obra anterior de 1931 que lo hizo famoso, «La persistencia de la memoria». En ambas aparecen los relojes pero la segunda me sugiere un nuevo orden.
Mis saludos a todos!
Maria del Carmen Arias
Miembro de la EOL y de la AMP

# ENTRETIEMPO 3

Leí por primera vez Golpeate el corazón una tarde de sol en el río. Hoy la reencuentro en un paisaje muy distinto. La leí de un tirón, sin pausa. Y ahora, otra vez..
¿Por qué sugerir leer este libro? Es precioso y preciso. Preciosa la escritura, una palabra lleva a la siguiente sin que percibamos el movimiento. Hay cadencia, secuencia, fluidez. Pero cuando podemos atravesar ese engaño palabrero, nos encontramos con precisiones que tienen valor clínico.
Diane es la protagonista, observadora y relatora de todos los sucesos de la novela.
Si alguien alguna vez se preguntó como vive el estrago una hija, puede encontrar una pista en la página 49: » Mamá, lo he aceptado todo, siempre he estado de tu parte, te he dado la razón incluso cuando has cometido las más flagrantes injusticias, he soportado tus celos (…) Sólo me quisiste una vez, y entonces supe que no había nada mejor en el mundo (…) en señal de gratitud abres ante mi el abismo en que has caído, se diría que quieres que yo también caiga en él, pero no lo conseguirás…» Eso es a los 5 años.
Sin ánimo de spoiler, la historia continúa, y el cruce es constante entre madres demasiado mujeres y mujeres demasiado madres, que por momentos oscilan entre esas posiciones como excluyentes. Hay también tipos de hijas, hijos y hombres que aman en demasía, lo que les impide intervenir de la buena manera.
El amor circula por los costados.
Se trata del trabajo posible o no en «la tortura de la esperanza» y cómo para cada personaje la tortura y la esperanza son diferentes. Es la pregunta sin respuesta pero a su vez, la anticipación de la respuesta sin pregunta.
Y la repetición al acecho, y el sujeto que se engaña y vuelve a golpearse con la misma piedra, con el mismo corazón.
Hacia el final, las salidas se precipitan de diferentes modos dejando al descubierto los recursos que cada sujeto ha logrado o no construir.
Entre vacíos que muerden, ausencias y presencias que decepcionan, gulas, ascos y babeos, se desarrolla esta historia de Otros que devoran, algunos que no pueden limitar y aquellas que deben inventar una vía posible o no.

Silvana Facciuto
Miembro Eol y AMP

# ENTRETIEMPO 4

Antes de la pandemia del Coronavirus, el Siglo XXI vistió fobias al contacto social y síntomas obsesivos con el ropaje del delirio higienicista.
Sorpresivamente, hoy el delirio higienicista se convirtió en la norma Científica que nos protege de infectarnos del Coronavirus. Sin embargo, ello no exime que la norma sea tomada, en ocasiones, por una Ley insensata al modo Kantiano (obra de tal manera que puedas pensar que el principio de tu acción pueda ser elevado a Ley Universal: para todos lo mismo).
En ese deslizamiento Superyoico, sobresalen voces de control social apoyadas en saberes técnicos de sexólogos y psicoterapeutas de la sugestión, aplicando la norma conductual higienicista en el campo de la sexualidad.
En esa vía, el Estado protector imparte directivas y consejos de abstinencia sexual con el partenaire en tiempos de pandemia viral y alienta prácticas masturbatorias por video llamadas, sexting y sexo virtual para quienes no tienen pareja estable, alentando el uso del material pornográfico que ofrece el mercado cibernético.
Pasada la cuarentena, ¿dejaremos los psicoanalistas que el barbijo se nos encarne y nos calle para siempre, sin presentar combate a las terapias de la sugestión que confunden sexualidad con el acto sexual? (1)
¿De qué modo, si nó, podrá sobrevivir el psicoanálisis?

-1 Temática de trabajo actual del ERINDA (tandita)

Graciela Giraldi
Miembro Eol y AMP

# ENTRETIEMPO 5

Un esfuerzo de poesía

La lectura de este libro de Jacques-Alain Miller, “Un esfuerzo de poesía”, me parece muy valioso, por lo menos a mi me vino muy bien, para tener en cuenta en estos tiempos. Sin negar la pandemia, pero tampoco dejarnos arrastrar por ella, poder pensar nuestro lugar frente a esto como analistas y analizantes.

Cito a Miller; “No sería excesivo decir que el psicoanálisis tomó el relevo de la poesía y consumió, a su manera, un reencantamiento del mundo. Reencantar el mundo,¿ no es lo que se lleva a cabo en cada sesión de psicoanálisis? En una sesión analítica nos abstraemos de toda evaluación de utilidad directa. La verdad es que no sabemos para qué sirve una sesión. Contamos nuestras vidas, damos un lugar a lo que podríamos denominar nuestra autobiografía, salvo que no la escribimos: la contamos, la narramos. Cada sesión de análisis -con lo que implica de contingencia, es decir de azar y de miseria -afirma sin embargo, que lo que vivo merece ser dicho.

En este aspecto, una sesión de análisis no es nada; se extrae del curso de la existencia para formular lo que podemos cuando estamos afixiados, liberando una hora para conseguir hablar antes de que el ritmo de la existencia vuelva a atraparnos. No obstante, por poco que sea, una sesión sirve para desmentir el principio de utilidad directa. Es la confianza en una utilidad indirecta, una utilidad misteriosa, una causalidad que nos costaría mucho detallar, una causalidad acerca de la cual ignoramos por qué canales pasa, pero que en definitiva se impone. En cada sesión de análisis hay confianza en la utilidad indirecta.

Una sesión de análisis siempre es un esfuerzo de poesía, un espacio de poesía que el sujeto se reserva en medio de una existencia, la suya, que está determinada, gobernada, por la utilidad directa.
¿Qué significa poesía?

Cuando tiene lugar bajo la forma de una sesión analítica, poesía significa que no me preocupo por la exactitud, que no me preocupo por la concordancia de lo que digo con lo que los otros creen, ni tampoco con lo que puedo transmitirles. La sesión de análisis es un lugar donde puedo despreocuparme de la búsqueda de lo que es común. ¿Cómo no percatarse de que una sesión de análisis es una suerte de paréntesis -nada más, pero nada menos-, un paréntesis en la existencia minutada del sujeto contemporáneo consagrado a la utilidad directa?

La sesión analítica es un espacio de goce que escapa a la ley del mundo, pero que también permite que esta ley del mundo ejerza su reinado, pues le proporciona un cobijo, un respiro, una pausa, mientras prosigue esa incansable extracción de plusvalías que, según se cree, justifica que existamos.”

Miller dice “antes que el ritmo de la existencia vuelva a atraparnos”, podemos decir esto de la pandemia.
Frente a la angustia de esta época, fente a esta pandemia, está bien no olvidar lo dicho por Miller en “Un esfuerzo de poesía”.

Frente a esto o nos quedamos pasivamente esperando que pase o hacemos algo. Un hacer algo puede ser mantener activa la causa analítica. Hacer un esfuerzo de poesía.

Alejandra Sosa Escalada
Participante EOL Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 6

“EL SILLÓN Y LA PANDEMIA”
Por Oliden Rubén López
Miembro de la EOL y AMP

Los practicantes del Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana de muchas maneras, hemos hablado, teorizado y fundamentado que la presencia del cuerpo del analizante está en la base de la sesión analítica. Y efectivamente esto fue y será así, pero hoy está en un impasse, por lo que implica la pandemia que estamos atravesando que nos exige que esta presencia no se dé y no se dará por un tiempo. Hoy está en la práctica las entrevistas – sesiones por teléfono, videollamada, por Skype, por correo…Lo real se escapa, se escabulle. Es movedizo, es verdad. Ayer, hoy y siempre esto ocurre de un modo u otro (¿será por eso que la presencia del cuerpo es una forma de atrapar algo de lo inatrapable?) Esto último podríamos dejarlo para desarrollar en otro momento.
Nuestra práctica es una práctica de discurso y el sillón de un practicante está “sostenido por cuatro patas”. Estas patas son: “Inconsciente-Transferencia-Repetición-Pulsión”. Jacques Lacan nos mostraba esto en el Seminario 11. Es verdad que el amor, el deseo y el goce se presentifican en los tiempos actuales de las formas más variadas y novedosas. Es de hacer notar que por la práctica que venimos realizando en nuestras instituciones de formación psicoanalítica, debemos afirmar que muy tempranamente en los Escritos, Lacan nos anticipaba no solamente que debemos estar a la altura de los tiempos, sino que estamos en el mundo “para atender las urgencias subjetivas”. Por eso es muy oportuno traer a colación el aforismo dicho por Lacan: “El Inconsciente está en el Sillón del Analista”, quiere decir que estamos advertidos que si no hay analista no habrá ni inconsciente ni pulsión acorde con lo que el sujeto encarna como parlêtre.
Brevemente sostendremos que será la buena manera no sólo de ser un “objeto” que hace bien hoy en día sino que nos diferenciaremos muy bien de las diversas prácticas que tienden a lo peor, a colmar de sentido y de buenas intenciones. Es entonces en el marco de esta pandemia que los practicantes estamos advertidos que hay respuestas a este enemigo invisible-virus que implica un abanico de afectos llamados: angustias, esperanzas, odio, amor, locuras, debilidades mentales e irrupción de una diversidad de violencias.

# ENTRETIEMPO 7

www.facebook.com/eol.seccionrosario/videos/250176649427554/?type=3

# ENTRETIEMPO 8

Irrupción del Coronavirus

Miquel Bassols cuando le pidieron su opinión de cómo iba a ser la vida cuando saliéramos del túnel, respondió con la pregunta: ¿saldremos del túnel?
Estamos ansiosos esperando que pasen los días para que todo vuelva a ser como antes … y entonces la frustración cuando el levantamiento de la cuarentena se pospone. Y entonces la pandemia se vuelve contradictoria y angustiante y sufrimos de “infoxicaciòn” (neologismo usado por Darío Galante en la primer clase del seminario del TyA de este año). Tanta información desconcierta y sin embargo no podemos prescindir de ella.
¿Qué va a pasar con la humanidad? ¿Tendremos que construir una nueva normalidad? O ¿Podemos pensar que los virus tienen ciclos y que tarde o temprano esta pandemia se va a terminar? No tenemos la respuesta, nos mantenemos en la incertidumbre.
Frente a la irrupción de este real, cada uno responde con sus recursos. A algunos les sirven los discursos imperativos que intentan reconstruir una rutina. Otros esperan la respuesta de la ciencia o el milagro de la religión para volver a la vida anterior. Creo que en unos y en otros se pone a prueba un saber hacer con la contingencia, un saber hacer para soportar el aislamiento.
Tenemos que inventar, inventar frente a esta nueva lógica del tiempo y el espacio, parámetros que ya no se comportan como hasta hace apenas unos días. Inventar frente a lo incierto del futuro. ¿Volverán los chicos a la escuela? ¿Cómo seguiremos con nuestros trabajos?
Época de Coronavirus, época de ciudades desiertas, de animales recuperando el espacio perdido … época donde gana el arte, lo que nos ayuda a sobrellevar la angustia frente a este real sin ley. Y frente a todo esto cada uno se las tiene que arreglar a solas con esta contingencia y ahí es donde nos encontramos con la subjetividad de cada quien y cómo cada sujeto le hace frente a la falta de sentido.
Lacan comprometía a los Psicoanalistas a unir su horizonte con la subjetividad de la época. En esta época donde el Psicoanálisis no se puede ejercer como lo veníamos haciendo, donde no puede haber un cuerpo a cuerpo, un cara a cara, ¿cómo vamos a inventar los psicoanalistas para seguir con los pacientes, los analizantes?
Escuchar a los analizantes para ubicar qué quiere decir pandemia, cuarentena, aislamiento social para cada uno de ellos es la posibilidad que el Psicoanálisis puede brindar. Freud decía que el papel del Psicoanálisis es procurar que el neurótico no le sume, a las miserias de la vida, las miserias de su propia neurosis. A la miseria del virus, no le sumemos nuestro goce.
En la pluralidad de goces que ofrece el mercado, nosotros también, como analistas, tenemos hoy la posibilidad de usar estos gadgets, y así poder indagar lo que posibilitan y lo que no. Y quizás en un futuro no muy lejano, y luego de tener una clínica con la que dar testimonio, poder decir què cambia y qué no con el Psicoanálisis en línea.
Cristina Trevisan
Participante de EOL Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 9

A puerta cerrada
Me adhiero al significante “entretiempo” porque alude a nuestra actual existencia reducida a vivir lo que llamamos cuarentena o confinamiento, también porque nos ubica en un tiempo pasado ya vivido y otro futuro por vivir.
Reconozco que esta experiencia, quizás como a muchos, me ha producido un profundo impacto.
¿Y ahora qué? ¿Hasta cuándo? No es mi primera cuarentena o aislamiento. Pero sí la primera en la que estoy incluido en el conjunto de todos los seres parlantes y además desconociendo el momento de concluir.
En mi infancia tuve dos experiencias que en su momento se llamaron “reposo preventivo”. Una por hepatitis epidémica, tenía 10 años, cuarenta días en cama y dieta a base de exceso de hidratos de carbono, era lo más divertido, un frasco de mermelada diario. La segunda, al año siguiente: parotiditis, otros cuarenta días en reposo para evitar una posible esterilidad por inflamación testicular.
El único aislado era yo, la vida continuaba, podía estar rodeado de todos los afectos: familiares y amigos que me traían la tarea escolar.
Estas experiencias infantiles instalaron mi pasión por la lectura, Tomé por asalto la biblioteca de mi padre. Salgari, Verne, Scott, Defoe, Dumas, Leroux y tantos otros poblaron mis fantasías. Los dulces y los libros hacían más tolerable el encierro, pero no remediaban mi necesidad de libertad. En estas experiencias aprendí a valorar el sentido de la libertad.
La tercera experiencia de aislamiento fue en la adolescencia, 16 años, esta vez fiebre reumática, por suerte sin secuelas al costo de dos meses de reposo y medicación. Seguí más intensamente con mis lecturas y estudiando para no perder cuarto año de la secundaria. Allí conocí a Freud y comencé a leerlo, también a Paul de Cruif con Cazadores de microbios y Los vencedores de la muerte.
Estas tres experiencias se dieron, por una extraña coincidencia, durante el mes de setiembre y el estallido de la primavera, los primeros brotes y las flores, su aroma inigualable, que disfrutaba viéndolo a través de la ventana. Quizás por eso amo tanto esta estación. Afuera los niños y los adolescentes festejaban el día de la primavera con picnics y desfiles de carrozas.
Unos años después, el servicio militar y sus guardias, armado de un fal en jornadas interminables. Le siguieron 10 días de cárcel en 1966 durante la dictadura de Onganía, en el medio de una huelga estudiantil.
Luego, movido por un intenso deseo teñido de furor curandis, vinieron las guardias médicas, Practicanato, interno en clínicas y sanatorios para pagar mis estudios y la residencia con sus agotadoras guardias durante tres años.
Pero en todas esas experiencias el que tenía que estar aislado era solo yo, los demás seguían su vida. Lo que intensificaba mis ansias de libertad.
Ahora soy parte de una humanidad aislada, en cuarentena global, cuarenta días que se extienden sin que la cifra determine con claridad un final.
Dependemos de que la ciencia nos conceda una posible salida, pero sin plazo. Estamos bajo una biopolítica disciplinaria que depende de una propuesta higienista. Sujetos al régimen del “para todos” del universal, todos somos posibles portadores y transmisores de un virus que puede matarnos. Todos castrados, sin excepción, frente a un particular: una partícula de ARN inerte que puede adosarse a una célula de nuestro aparato respiratorio. Todos atravesados por lo real de la castración e indefensos frente a un real sin ley. Pero cada uno de nosotros con su singular modo de soportarlo. Cada uno con su síntoma a cuestas. Como analistas, esta situación nos confronta con una encrucijada ética donde el deseo del analista que nos habita, deberá orientarnos a intentar sostener las transferencias que permitan la apertura del inconsciente ante el real que atraviesa a cada uno de nuestros pacientes. Movidos por este deseo, interrogar la respuesta pulsional de cada uno ante la contabilidad de las cifras. Se trata, más que nunca, de la contabilidad de goce frente a la invasión desatada de la pulsión de muerte. En estos momentos el porvenir del psicoanálisis y la dirección de las curas dependen de la ductilidad del analista para sostener su presencia, aunque los encuentros eludan el cuerpo. Que frente a este real, no nos invada el tedio y la sensación de fatalidad, que lo biológico no ocupe el lugar de lo siniestro acechando.
En 1943, durante la segunda guerra mundial y mientras se esperaba con angustia que “estalle la paz”, Jean Paul Sartre escribe un drama en un acto: Huis Clos, A puerta cerrada. Para muchos, por su sintetismo la realización escénica de Sartre más lograda. Nos pinta el infierno como una simple habitación de un gigantesco hotel con cuartos y pasillos. El cuarto no tiene espejos ni ventanas, sólo una puerta, tres sillones, una estatua de bronce y un abrecartas. Un mayordomo va haciendo ingresar a los tres únicos personajes: un hombre, Garcin y dos mujeres Inés y Estelle, luego el mayordomo se retira y la puerta se cierra con llave. Parece que para Sartre el infierno está representado por un hombre y dos mujeres condenados a permanecer juntos eternamente. Y el que sean tres, nos recuerda el apólogo de Lacan de los tres prisioneros.
Sin necesidad del fuego eterno, la parrilla o el torturador, el infierno real que nos pinta Sartre es el de una simple habitación donde están condenados los tres personajes a vivir toda la eternidad, sin salida, sin espejos y absolutamente incomunicados con el afuera. El único recurso es vomitarse las culpas que los llevaron hasta allí. Cada uno es el verdugo de los otros dos. Descubren que están allí para torturarse entre ellos, lo cual van logrando. En la escena final, Garcin exclama: “¿Luego esto es el infierno? Nunca lo hubiera creído. ¿Se acuerdan ustedes? El azufre, la hoguera, las parrillas. ¡Ah, qué broma! No hay necesidad de parrilla. “El infierno es el Otro”.
La idea de libertad de Sartre (como la de Camus en La peste) y la responsabilidad del hombre para con ella, la posibilidad de perderla, equivalen a la eterna condena del infierno.
La limitación actual de nuestras libertades, nos enfrenta de diferentes maneras al infierno de cada uno.
Rolando Gianzone
Miembro de la EOL y la AMP

# ENTRETIEMPO 10

Me pregunto, ante el real que hoy nos atraviesa ¿Qué ocurre con nuestra práctica? En primera instancia una interesante profusión de escritos al respecto y el cómo se tramita nuestra práctica imposible. Ahí es atreverse a caminar por donde no hay camino y es la incertidumbre como un rasgo que puede distinguirnos, Avanzar con la incertidumbre, permitir que la contingencia presida nuestro hacer, en caso contrario damos lugar a la impotencia, o la búsqueda de un amo que nos marque con certidumbre los hitos del camino. Mejor que renuncie quién no está a la altura de la época. Atravesado por la época, pero el discurso del analista se pone en cruz ante los discursos que orientan la vida contemporánea. ¿Cómo pensar la autorización del analista si no es en relación a lo real con lo que se ve confrontado en su práctica? ¿O no es acaso promover un cierre, resistir a lo más genuino de nuestra práctica, enviar al campo del Otro el saber regulador de lo que se supone que debemos hacer? Por esta razón consideramos ubicar en el centro de la experiencia el acto psicoanalítico, lo cual nos exige una revisión detallada de lo que entendemos como su base fundamental: la contingencia.
¿Qué significa estar a la altura de la época?
Vivimos en esta época que es la del Otro que no existe. Eso no significa que antes el Otro existiera, los semblantes que ocupaban su lugar velaban su inexistencia. La época ésta, la nuestra, es simplemente aquella en la que la caída de los semblantes deja ver lo que siempre estuvo velado, que es la inexistencia del Otro.
¿De qué manera, hoy la presencia de l virus, incide en la subjetividad? El real del psicoanálisis no entra en controversia con el real de la ciencia. No se está en oposición, sí en su diferencia. El cometido apunta al surgimiento del sujeto de deseo y no en su aplastamiento con las recetas del mercado.
Miller: señala que “La inexistencia del Otro no es antinómica de lo real, sino correlativa a ella. […] Se trata, […] de lo real p 9: Miller, J.-A. (en colaboración con Éric Laurent), (1996-1997) El Otro que no existe y sus comités de ética, op. cit., p. 13. Lo real que se revela en la clínica como lo imposible de soportar
La ciencia como respuesta, señala Miller que “comenzó lentamente, a paso corto, en el siglo XVII. Agita desde entonces a la humanidad entera, que mordió la manzana y se trastocó. Las sacudidas se hacen cada vez más rápidas, e imposibles de parar, porque la supremacía del Uno proviene del lenguaje mismo. Este frenesí, Lacan lo asimilaba a la pulsión de muerte. Ninguna nostalgia parará eso, ningún comité ético. Nuestras condiciones de existencia sufrirán conmociones que hienden el alma, porque el alma tiene dificultad para andar el mismo paso” Las profecías de Lacan. Entrevista a Jacques-Alain Miller

¿Pero no es acaso el cotidiano acontecer de nuestra práctica?, o, quizá debería serlo. Caminamos como un ciego tanteando lo por-venir. Se trata de lo inconsistente. No hay “sentido” común que nos permita orientarnos. Al respecto no hay última palabra, nos orientamos por la contingencia que por momentos es “insoportable de soportar”. Leonardo Gorostiza se pregunta si ¿la perspectiva de la inconsistencia del Otro supone una contribución al relativismo contemporáneo? Lejos de ello queda claro que la orientación forjada por Lacan promueve, por la articulación que establece entre la inconsistencia y el goce del sujeto, una salida posible a dicho relativismo.
Se trata de la salida por el síntoma. Porque el síntoma, concebido en su núcleo de sinthome, donde se anudan el significante, el goce y lo real, constituye la respuesta singular que cada hablanteser inventa ante el agujero traumático de la inexistencia de la relación sexual. Inexistencia que es un hecho de inconsistencia del Otro.

Ernesto Gangli
Miembro de la EOL y la AMP

# ENTRETIEMPO 11

El analista en la virtualidad:

El día que se declara el aislamiento social, preventivo y obligatorio debía recibir por primera vez a una pareja de padres que consultaban por un síntoma de enuresis difícil de resolver de su hija de 5 años.

La entrevista se suspende y luego de una conversación telefónica con la mamá se deja el espacio abierto para cuando lo necesiten o deseen.

Luego de un mes de cuarentena solicitan entrevista. Comienza la video -llamada. Observo en la pantalla a la madre, padre y niñita esperando sonrientes al analista. Me presento y ante la escena (que se me hacía, más la de una consulta pediátrica o escolar que analítica), le pregunto a la niña si quiere hablar a solas conmigo. La niña accede. Le pregunto cuál es su problema y acercando su cara a la pantalla y bajando el tono de voz, me cuenta su secreto. Le pregunto, a partir de lo que dice, cuál es su miedo y acercándose más aún a la pantalla me cuenta que vió una película de un gato que tiran por el inodoro y se cae en un túnel y luego en un pozo y así continúa hasta finalizar la entrevista, con un relato lleno de peripecias y bastante terrible sobre el destino del pobre gato.

Luego escucho a los padres. Se ubica en la entrevista la consistencia que la madre le ha dado al síntoma de la hija y como se entrama en sus cuestiones fantasmáticas. La madre ubica su necesidad de analizarse.

Fue mi primera vez, de una primera vez en la virtualidad. Fue un buen encuentro:

– para los padres y la niña que alojaron su padecimiento.

– Y para mí, también padeciente de lo que nos acontece, de encontrarse con padres que se interrogan e implican y con una niña que asocia, habla, imagina y juega, mostrándome claramente que con eso la pandemia no puede.

Dice Tagore en un bello poema “En la playa de interminables mundos los niños juegan” Me permito parafrasearlo y decir en las playas de la virtualidad también.

Saludos cordiales de codo.

Diana Wolkowicz

Participante EOL Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 12

# ENTRETIEMPO 13

AQUÍ ESTAMOS, ANDANDO…

Coronavirus, pandemia, aislamiento, confinamiento, cuarentena, Covid-19, higienización (localizada en el lavado repetido de manos) son las palabras Amos que hoy comandan nuestras vidas en el mundo entero.

Sobre el coronavirus, un niño de tres años me cuenta que hay Una corona virus de uno que se cree el Rey del mundo, que es muy malo y del cual hay que cuidarse encerraditos en la casita. Por eso los nenes no van al jardín ni los papás a trabajar para que la corona virus del Rey muera solito afuera y no moleste más.

Otro niño de ocho años, a quien le gusta escribir historias sobre animales y extraña su escuela en esta cuarentena, se interesa por leer y comunicar a su familia las noticias científicas que circulan por internet sobre el coronavirus, cómo cuidarse entre las personas en la cuarentena y a las propias mascotas.

Un púber de doce años que ha interrumpido sus prácticas de básquet a causa de la cuarentena ha incorporado, en sus conversaciones virtuales con amigos y familiares, la palabra coronavirus con signos exclamativos, haciendo uso del sinsentido a través del humor.

Los adultos, en cambio, nos damos respuestas más enredadas a nuestros fantasmas ante este real insensato al que estamos confrontados.

Como decía “El Principito” de Saint-Exupery: “Las personas mayores siempre necesitan explicaciones”.

Si bien nuestra esperanza colectiva es que los científicos nos den un saber sobre la causa y la solución antiviral del Covid-19, mientras tanto reaccionamos con temores fóbicos, con parálisis panicosas, mediante delirios paranoicos, higienicistas y sentidos religiosos. Pero también y en el peor de los casos mediante la negación, donde se intenta tapar el sol con las manos con actos de violación a las medidas de prevención sanitarias establecidas por los gobiernos de cada país.

Hay un dicho popular que se confirma para muchos de nosotros en períodos de cuarentena: “No hay peor remedio que la enfermedad”, en tanto sienten que el aislamiento los enferma, ya que se sostienen de su trabajo no sólo para satisfacer sus demandas materiales sino para sentirse vivos.

Mientras que en otras situaciones los sujetos se refugian en el aislamiento, y en el individualismo, recordando el dicho al que refiere Sigmund Freud en su Obra, en relación a la cosa pulsional que nos habita, de que el hombre es el lobo del hombre.

Por el contrario, la cuarentena obligatoria puede resultar un alivio para aquéllos a quienes el lazo social les pesa.

Y en el mejor de los casos, un refugio para quienes saben estar con la soledad de su escritura, su lectura, sus dibujos; lo que es decir: su especial síntoma.

La invasión del coronavirus nos pone sobre las narices que el siglo XXI ya no se apoya en la creencia de un Otro que nos ordenaría el mundo y la vida.

Entonces, ante el desorden de lo real que nos toca vivir tendremos que orientarnos por los artistas y los humoristas que obran a partir de la nada misma si queremos ir más allá de nuestro pequeño delirio o ficción fantasmática para poder tomar parte responsable junto a los demás.

Más aún los psicoanalistas y psicoanalizantes en tanto hacemos de guardianes de la subjetividad de nuestra época.

Decía Jacques Alain-Miller en ocasión del Congreso AMP 2014, acerca de “Un real para el siglo XXI”, que la dominación del discurso científico y el capitalista han contribuido a un cambio radical del orden simbólico de las tradiciones paternas. Lacan mismo viró ciento ochenta grados del Nombre del Padre como carretera principal que ordenaba la circulación de las personas a transformarlo en un síntoma que hace suplencia de un agujero sobre cómo vivir la vida, ante la inexistencia de un saber sobre la sexualidad. (2)

Ante lo real que nos toca afrontar de manera colectiva Miquel Bassols nos da una pista: “Estará bien recurrir a la máxima de los estoicos para hacer una diferencia colectiva de lo real de la manera menos traumática posible: serenidad ante lo previsible, coraje ante lo imprevisible, y la sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.” (3)

1-«Lobo es el hombre para el hombre» (en latín lupus est homo homini) es una frase célebre extraída de la obra dramática Asinaria, del comediógrafo latino Plauto (250-184 a. de C.), que sería popularizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651).

2-JAM, Intervención en la preparación del congreso AMP 2014: Un real para el siglo XXI, texto de referencia para el próximo Congreso AMP sobre los sueños, Bs Aires/2020.

3-Miquel Bassols, “La ley de la naturaleza y lo real sin ley”, Blog de ZADIG en España, publicación virtual.

Graciela Giraldi, psicoanalista, miembro de la EOL y la AMP.

# ENTRETIEMPO 14

DIGNIDAD Y SILENCIO

Cuatro días antes de la instauración de la Cuarentena, el 16 de marzo fallecía mi madre. Como días previos se anticipaba el cuidado necesario con motivo de la COVID 19, el velatorio fue limitado a pocas personas. Ni siquiera la familia ampliada pudo estar presente. El certificado de Defunción recién me lo entregaron poco menos que dos meses después, porque la Casa Veladora no podía entregarlo. De manera que se pudo depositar la urna de sus restos recién el 09 de mayo último en un Cinerario. Es decir cumplir con el rito de entierro casi dos meses después.

Comento esto porque quizás a contrapelo de los tiempos que corren, sigo dándole importancia a los ritos simbólicos necesarios ante esta clase de circunstancias. Pero quiero destacar, aún reconociendo totalmente e indiscutiblemente su necesidad, las consecuencias inevitables de esta Cuarentena y sobre los efectos enormes que puede tener sobre el parlêtre. Y digo parlêtre, porque englobo tanto los efectos en el sujeto como en el cuerpo, de una circunstancia muy problemática como la que estamos viviendo.

En ese marco, como en la película que muchos recordarán, “All that jazz”, el espectáculo debe continuar. Por eso quizás, se me ocurre ahora, escribí hace aproximadamente un mes “Un paréntesis dentro de otro paréntesis” que fuera publicado en la Crónicas XXI de Grama y en nuestra Sección. Es decir cada uno está dentro de su paréntesis (sujeto barrado losange ‘a’).

El entretiempo no deja de ser otro paréntesis entre el primero y el segundo tiempo. Un tiempo vacío, pero también un tiempo de comprender el agujero en el saber con el que nos encontramos. A propósito en un Comunicado de la semana pasada de la ECF (École de la Cause Freudianne) se sostenía como alternativa ética para los analistas, una actitud de “dignidad y silencio”.

Silencio y dignidad, las escuché como coordenadas significantes de nuestra actitud: ordenada y abscisa que nos enmarcan. Silencio que no significa no hablar, silencio que significa no colmar de sentido el agujero con el que nos encontramos. Y dignidad que alude a nuestra posición como psicoanalistas. Ejercer nuestra práctica aún en la adversidad, a través de lo virtual o el teléfono permitimos que algo no cese, que el fuego no se apague, que la transferencia la sostengamos, como decía Freud: no podemos convocar a los demonios y después huir porque las condiciones no son las óptimas. Tenemos que afrontar a los demonios en los marcos posibles.

José Manuel Ramírez – Participante EOL Sección Rosario

# ENTRETIEMPO 15

La película española titulada “La trinchera infinita”, dirigida por Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga, está basada en el guión de Luiso Berdejo y José Mari Goenaga.
Es un film inspirado en la historia de los “topos”, luchadores por la República que vivieron escondidos durante décadas (33 años en este caso, desde 1936 hasta la amnistía de 1969) para evitar las represalias de los franquistas (en muchos casos la cárcel o los fusilamientos).
Higinio y Rosa llevan pocos meses casados cuando estalla la Guerra Civil, y la vida de él pasa a estar seriamente amenazada. Con ayuda de su mujer, decidirá utilizar un agujero cavado en su propia casa como escondite provisional. El miedo a las posibles represalias, así como el amor que sienten el uno por el otro, les condenará a un encierro que se prolongará durante más de 30 años.
Dicha película, si bien trata sobre el fenómeno de confinamiento interminable de los topos surgido en tiempos de guerra, nos muestra la topología del encierro fantasmático de la pareja de los protagonistas.
Higinio decide permanecer escondido en un sótano durante tres décadas mirando pasar la vida a través de un agujero en la pared cubierto por un espejo.
El Otro malo de su fantasma es el General Francisco Franco, como también su hermano a quien entregó al enemigo, un vecino curioso, y el soldado que viola a su mujer a quien él termina asesinando y enterrando en su propia fosa.
Podemos leer el fantasma del sujeto obsesivo en Higinio que goza del objeto mirada encerrado en la jaula que ha construído para él.
Del lado de ella, esta mujer en su amor ilimitado por su partenaire encarna al objeto mirada del fantasma de Higinio, aunque sin poder hacer uso del semblante de objeto para hacerse mirar por su amado de la buena manera. Él vigila celosamente sus movimientos.
El deseo de tener un niño lo transita sola, como también la concepción y crianza del niño. Higinio no puede asumir su paternidad, pues está tomado por su fantasma de muerto en vida.
En esa perspectiva Higinio exige que el niño guarde para la comunidad, como lo hace también su esposa, el secreto de su existencia.
Y que en sus lazos sociales con los demás diga que perdió a sus padres siendo bebé y que lo cría su tía.
En una ocasión es su hijo quien ya adolescente se subleva ante su padre y le quita el velo fantasmático gritándole que mediante su excusa del enemigo eterno en Franco, no ha hecho otra cosa que cubrir su cobardía e impotencia de jugarse por la vida.
Ese golpe de palabras da en el blanco en Higinio que termina como en un análisis atravesando su fantasma de muerte y abriendo la puerta de su prisión al decidir caminar por la vida junto a su mujer.
Si del lado de las mujeres el refugio fantasmático está tejido de amor, en la mujer de Higinio ese amor era estático en la medida que tomaba al pie de la letra la demanda de amor de Higinio (cuídame de los otros guardando el secreto de mi existencia, mientras yo vigilio cómo tú te mueves).
La interpretación de su hijo para con su padre la decide a tomarse un descanso, arma su valija para irse al mar, buscando separarse de ese lugar de objeto del fantasma de Higinio, no sin dejar una puerta abierta al invitarlo a salir de su escondite para transitar juntos por la vida.
Graciela Giraldi
Miembro EOL y AMP

# ENTRETIEMPO 16

Tomando algunas viñetas clínicas que trabajamos en mi taller del ERINDA, comentamos algo que consideramos sintomático y que aparece en los niños al haber sido separados de sus abuelos ante la pandemia de coronavirus.

Si bien el aislamiento social actúa como medida sanitaria de control de la propagación de la infección del coronavirus, el acercamiento subjetivo entre nietos y abuelos en un comienzo funcionó a través del uso de medios tecnológicos (videollamadas y teléfono).

Con el paso del tiempo en confinamiento los niños evitan seguir comunicándose de esa manera. Algunos niños expresan su angustia a través de fantasías y sueños donde él es culpable en tanto portador del virus que no lo deja estar con sus abuelos porque los puede contagiar.

Esto me llevó a leer algunos párrafos del Seminario “La experiencia de lo real” de Miller. Ahí nos recuerda los comienzos de Freud cuando habló de defensa en la relación subjetiva con lo real.

También menciona que, en “La ética del psicoanálisis”, Lacan indica que lo real se aborda esencialmente por la vía de una defensa para el sujeto. Defensa califica la relación inaugural del sujeto con lo real. El abordaje de lo real se inscribe en primer lugar en términos de defensa, y no de apetito, armonía o cálculo. La represión recae sobre un significante reprimido.” La defensa, en cambio, apunta a otra operación y no recae sobre un significante”. Diría: recae sobre el goce.

La defensa en el abordaje de lo real es anterior a la represión. Podría tener que ver con esta dimensión esa manifestación de los niños y seguiremos investigando en el taller. Pero hasta aquí me pregunto:

Qué hacer ante esa evitación de comunicarse?

En el capítulo “El significanate y el Espíritu Santo”, en el Seminario IV “La Relación de objeto” de Lacan, trabaja la introducción del significante en lo real usando una equivalencia con la operación de una represa hidroeléctrica en la naturaleza.

Si bien nos hemos encontrado en estos tiempos con algo impredecible en la naturaleza, como dice Carmen Gonzales Táboas en Avatares 1, creo que vale volver a este interesante capítulo.

Al modo de la represa: la energía existe en la naturaleza, pero una vez construida, lo que implica mediciones, cálculos, mensura, es decir un sistema tomado como significante, ahí recién se puede usar. Y recuerda que la noción de libido en Freud debe usarse en el análisis como se usa la de la energía. “el Es (lo entiendo como el ello) ya está organizado, articulado, igual como está organizado, articulado, el significante”. La represa introduce algo que no estaba antes, como el sistema significante en los seres humanos.

Quiero decir: con nuestras conversaciones, diálogos, lecturas, ideas, intercambios, vamos inventando algo que nos sirva para traspasar estos difíciles tiempos.

En el trabajo del taller en relación al Erinda, surgió de algún integrante una expresión: abejitas hacedoras de la miel de la vida. Lo interpreto aquí de este modo: por el hacer de las abejitas se introduce algo en el mundo, la miel de la vida.

Liliana Bernacchia

Miembro de la EOL y AMP

Mayo de 2020

# ENTRETIEMPO 17

La imagen puede contener: árbol y exterior

¿De qué Pandemia hablamos? Mayo/2020

No sabemos si estamos asistiendo al derrumbe del Capitalismo, pero intuimos que enfrenta su peor estruendo y una crisis económica Global.

• La Pandemia afecta a toda la Aldea por su propagación mundial. Su etimología, del griego significa: a “toda la población”. La diosa Afrodita Pandemos era sobrenombre de Eros. Para Platón en “El Banquete” ella mantiene un doble sentido: Afrodita Pandemos, en un sentido manifiesta a una diosa de bajos placeres sensuales y hay el otro sentido, que ejemplifica a la diosa que une a los habitantes constituyendo un cuerpo político y social

• Según la OMS a partir del 13/03/2020 declara que el brote de Coronavirus es una Pandemia al haber alcanzado a 130 países. Asistimos a una catástrofe Sanitaria global. Todavía hoy, no existen pactos ni categorías políticas ni filosóficas que valgan; para domeñar esta inhumanidad insoportable.

Pienso que la humanidad, no siempre aprendió de las cuantiosas situaciones límites que transita y si hubiera habido algún aprendizaje, tampoco ha sabido transmitirlo a las generaciones próximas o no las ha podido recordar.

Hace 100 años de la última Pandemia virus influenza llamada “gripe española” S. Freud le escribe al Pastor Oskar Pfister (27-/01/1920) para contarle que esta gripe le había arrebatado a su 5ª hija, Sophie Freud, su preferida. Esta muerte fue un duro golpe para S. Freud. Perder a una persona repentinamente suele ser traumático. Un traumatismo es un acontecimiento impredecible, no dominable, produce interrupción en el decurso del tiempo. Este acontecimiento crea un antes y un después al no poder ser calculado ni dominado. Freud lo relaciona con la histeria en los primeros tiempos, y con los traumatismos de guerra en segundo momento. – “Un real para el siglo XXI”. –

Lo inesperado, es lo que esta golpeando en esta crisis. Hay personas que ven empeoramiento de familiares en pocos días. Las muertes se viven con una sensación de irrealidad. No poder asistir, no poder acompañar a esas personas empeora la situación subjetiva. Freud no pudo acompañar a su hija, no había trenes que lo acercaran en la emergencia. Dijo: “La evidente brutalidad de nuestros tiempos pesa sobre nosotros”

Es en este periodo que Freud escribe “Mas allá del principio del placer”. El caos de la época de la guerra, la gripe española, le hacían reflexionar sobre la esencia humana. El se refugio en su trabajo, en la investigación, eso lo ayudaba a afrontar la perdida y dar un tiempo para procesar lo ocurrido. La humanidad bascula siempre entre las mismas oposiciones, Eros y Thanatos.

LOS MEDICOS… reunidos en La Sociedad Argentina Medicina (SAM) y Foro de Medicina Argentina (FMA)-nos informan:

Las epidemias están ligadas a intereses comerciales, económicos y políticos. Estas fomentan el pánico, la discriminación y negocios.

No se nos alerta sobre la existencia de la otra Pandemia que provoca millones de muertos y enfermos, convivimos con ella: hablamos de la desigualdad social. De esto no se hace noticia, dada su magnitud. No son virus, ni bacterias, son sociedades que dominan a otras sociedades, se ha perdido la solidaridad y principios humanos básicos tan importantes como una Pandemia.

El antropólogo argentino E. Menéndez en México nos dice que en las Epidemias los medios de comunicación, concentran la información en términos alarmistas y catastróficos generando el Espectaculo.

La Pandemia de Coronavirus nos muestra los problemas sociosanitarios, algunos crónicos de carácter epidémico o endémico. En Argentina; los registros del Ministerio de Salud informan que cada año hay casos nuevos de Tuberculosis, la endemia de Chagas, también la epidemia de Sífilis congénita. Hay más desigualdades argentinas con endemias regionales (parasitosis -virosis) la amenaza real de Dengue. No hablamos de las personas que mueren por armas de fuego; las mujeres que enfrentan un aborto clandestino al año y pierden su vida, los muertos anuales por Sida. También se silencia las muertes violentas en jóvenes de entre 10 y 29 años en mayoría hombres.

La información actual suele ocultar, y no nos hace pensar.

Un ministro de salud recordado en Argentina, Ramon Carrillo (1949-1954), afirmaba:” frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios como causa de enfermedades, son unas pobres causas”

El Ministerio de Salud ayuda a los médicos clínicos que están trabajando en equipo permanente y elaboran recomendaciones y evidencias sobre estas cuestiones.

La gente cumple con las “buenas costumbres”, y cuestiona un sanitarismo autoritario.

Eric Laurent en una entrevista que se le hace, nos afirma el papel relevante que tiene la ciencia hoy y aclara:” pero existe el derecho de cada uno, a dañarse un poco…no del todo.” En cada uno de nosotros hay algo que “no va,” pero ese algo, es lo que vale la pena hacerlo hablar, y esa es la tarea del psicoanalista-.” (La ciencia es hoy el principio de autoridad. -2012)

J.A. Miller nos pregunta: ¿” La presencia virtual tendrá finalmente una incidencia fundamental sobre la sesión analítica? Responde, No”. “La co presencia en carne y hueso es necesaria…aunque solo fuera para hacer surgir la no relación sexual”.” Si se sabotea lo real, la paradoja se desvanece. “Todos los modos de presencia virtual, incluso los más sofisticados, encontraran ahí su tope. (-El diván S.XXI-Entrevista 1.999.)

M. del Rosario Va Ricucci- “Psicoanalisis y Medicina”. E.O.L.(Rosario)

Miembro Adherente EOL

NUEVA NORMALIDAD

Hemos atravesado diferentes momentos desde el inicio y la declaración de cuarentena. Hubo cambios, y me encontré pensándolos en términos de tiempo.
Escuché decir a una amiga que, a partir de la cuarentena, el tiempo se volvió “relativo”. Por supuesto, no me hablaba de Einstein. Lejos de la física cuántica y de las teorías de la relatividad, trataba de contarme algo que le pasaba, que le tocaba el cuerpo. Me dejó pensando. ¿cuál era su percepción?. No me había querido detener a pensarlo hasta ese momento…algo pasaba con el tiempo, evidentemente.
En los programas de televisión se ocupaban del tema de distintos modos: los cambios de ritmo de vida, horarios del sueño: los efectos del “quédate en casa”. Es cierto que los cuerpos se guardaron para refugiarse, se evitaron los trayectos, y con estos trayectos, los encuentros: previstos o azarosos.
Por otro lado, la situación de la cuarentena: me dí cuenta que terminaba formulándose en mi representación como la de un presente continuo. Por supuesto, me dirán algunos, que el presente siempre es continuo, sucesivamente a sí mismo. No se trata de eso. Se trata de la dficultad de ubicar un corte. ¿Cuándo termina? Y el recuerdo de cuando comenzó todo se empieza a hacer difuso.
Ese presente continuo, sin cortes, sugiere claramente una eternidad. Pero en los últimos días la eternidad tomó otra modalidad. Algo que pareciera un corte, pero es un significante amo: la “nueva normalidad” ¿A qué se hace referencia con esto, sino al continuo sucesivo del aislamiento?
Que la normalidad no sea la misma, ya es de por sí esperar mucho de la norma: que pudiera identificarse a sí misma. Imposibilidad total. Lo que hemos conocido como norma no tiene una medida, y en todo caso habrá quienes quieran medir la normalidad con la naturaleza lo que se vuelve una tarea infructuosa. El coronavirus lo demuestra.
Cómo podemos tratar al nuevo significante amo? Hemos tomado el tiempo para conversar, presentar posiciones, y de todo ello no es necesario una conclusión. Sólo podemos orientarnos en una salida al trabajo, a buscar, sin esperar la mentada “nueva normalidad”, llevar adelante una práctica: la que interroga tanto a quienes buscan en el análisis como a los síntomas de la civilización.
Cerramos ahora el “Entretiempo”. Esperamos abrir otro momento en que nos ponemos al trabajo. “Entretiempo” fue el espacio en el que, suspendidos nuestros planes habitamos el espacio de formular unos nuevos, y ahora ponerlos a prueba.

Daniel Perretta
Director EOL Sección Rosario
Miembro EOL y AMP

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