“Nuevos cuerpos. Nuevas satisfacciones. Respuestas del psicoanálisis”

4 de Octubre de 9 a 17 hs. Federación Gremial del Comercio e Industria, Córdoba 1868.

BOLETÍN Nº 2

Requisitos de presentación de trabajos:
Fecha límite para la entrega de trabajos: 12 de setiembre
La extensión de los trabajos no deberá exceder los 5.000 caracteres con espacios con doble interlineado, en letra Times New Roman Nº 12
Los trabajos deben enviarse a Comisión Científica:
Marcela Errecondo – Héctor Tarditti – Fabián Naparstek
Asunto: apellido y nombre del autor del trabajo – XVI Jornada Anual
Pueden presentar trabajos Miembros, Adherentes, Participantes y cartelizantes de la EOL

COTIZACIÓN
– Hasta el 22 de setiembre
Miembros: $ 350
Participantes y Profesionales: $ 300
Estudiantes: $ 200

– Después del 22 de setiembre
Miembros: $ 400
Participantes y Profesionales: $ 350
Estudiantes: $ 250

BOLETÍN Nº 3

Empuje contemporáneo al goce – Por Rolando Gianzone
En el empuje contemporáneo al goce hacen su aparición los nuevos síntomas, y con ellos los nuevos cuerpos. La dictadura del plus de gozar devasta la naturaleza y modifica los cuerpos. Los síntomas se presentan como acontecimiento del cuerpo. El cuerpo participa de la economía satisfaciendo ese más de goce silencioso y opaco. Los cuerpos se vuelven aptos como superficie de inscripción, se modifican no simplemente bajo los aspectos de la cirugía estética o de la dieta –el estilo de vida anoréxico- toxicomanías o compulsiones imparables, no es simplemente eso. Puede ir hasta las cirugías e intervenciones mucho más profundas. Ahora que se descifró el genoma, se va a poder ir directamente a lo que llaman la posthumanidad. En nuestra civilización hipermoderna no existen más las barreras de la belleza, el bien o el sentido de la verdad que establecía la era del Nombre del Padre, se asiste al Uno de repetición de goce. Proyecto de neo racismo de evaluación estadística que impone un modo de vivir idéntico para todos, sobre lo que hay que hacer diariamente con nuestros cuerpos.

Entre el saber y los objetos de la tecnociencia– Por Graciela Giraldi
“Una niña decide correr los riesgos de morir al salir al mundo. Ella vive en una casa hecha de pantallas de TV como todos los niños de este mundo que ha quedado totalmente contaminado. Todo el mundo vive encerrado y no puede salir porque la naturaleza ha quedado infectada por el hombre. Esta niña pasa por varias pruebas junto a un amiguito, aunque finalmente logran sobrevivir”.
Esta fábula, construida por una analizante de 11 años interpreta la encrucijada en que se encuentra la niñez del siglo XXI.
El niño aprende desde muy temprana edad el saber tecnológico, haciendo uso de la cibernética con destreza. Pero su principal competidor no es un otro de carne y hueso sino el programa computado ante el cual el sujeto queda entrampado en una competencia anónima y repetitiva sin fin.
“Si sigo jugando voy logrando más niveles”, respondió un niño de 5 años de edad a mi pregunta acerca de cuál era la historia del jueguito que lo mantenía ocupado, casi fascinado.
Cada psicoanálisis, haciendo lugar a los acontecimientos del cuerpo, va a contracorriente de la ficción hipermoderna sobre la niñez y la juventud globalizada, robotizada y anónima.

BOLETÍN Nº 4

Sexuación e hipermodernidad. ¿Nuevos sexos?- Por Daniel Senderey
Norie May-Welby vive en Sydney (Australia), nació hombre hace 52 años pero quiso cambiar su sexo, para ello pasó por una cirugía en 1989 para convertirse en mujer. Sin embargo discontinuó la ingesta de hormonas post-cirugía dado que no se sentía mujer. “La ambigüedad sobre mi identidad sexual sería parte de mi vida” por lo que reclamó a la justicia la creación de un “género neutro” para todos aquellos que como en su caso no se identificaran como hombres ni como mujeres. En 2010 se le concedió el “género neutro” por el registro del Estado Civil de Nueva Gales del Sur para luego serle retirado, lo que suscitó una serie de litigios que terminaron en la Corte Suprema de Australia, que se lo restituyó por unanimidad.
Ni masculino, ni femenino: de tercer sexo, género neutro o género indefinido es reconocido actualmente en Nepal, Pakistán y Alemania.
La normativa alemana por ejemplo permite a los padres de bebés nacidos con órganos sexuales masculinos y femeninos, conocidos como «intersexuales» “hermafroditas”, dejar en blanco la casilla que precisa el sexo al inscribirlos en el registro de personas.
La persona puede corregir el dato en cualquier momento y elegir si quiere figurar como hombre o como mujer. Pero la legislación también le permite no escoger nunca entre las dos opciones y mantenerse toda la vida indefinido.
En el último capítulo de Piezas Sueltas Éric Laurent dialoga con Jacques-Alain Miller sobre los estudios de género y en particular sobre el texto de Judith Butler Humano, inhumano.
Los remito al texto por la riqueza de la conversación pero deseo extractar de Jacques-Alain Miller lo siguiente: ……Hay una decisión teórica que consiste en sustituir la identidad por la identificación. Puedo escribirla simplemente como una metáfora que significa que dondequiera que creamos tener que vérnoslas con identidades no hay en realidad más
que identificaciones .La identificación prevalece sobre la identidad. ….. En esta sustitución generalizada de la identidad por la identificación, la identidad sexual resulta afectada.
Se considera que ser un hombre y ser una mujer dependen del registro de la identificación y no de una identidad básica. Toda referencia de lo simbólico es puesta en tela de juicio…..
Esta sustitución de la identidad por la identificación es deconstructiva… pero no deja de ser un interrogante para nosotros en la medida en que esa sustitución remite a un real que no tiene sentido, que no tiene leyes, que no tiene nombres, y con respecto al cual los nombres parecen excedentes. (Jacques-Alain Miller, Piezas Sueltas, capítulo XIX, pág. 410-411)

Insistencia del goce, contingencia del amor – Por Ernesto Gangli
Algo de “lo real” se desplaza en la civilización. Eric Laurent señala que “el goce es la palabra que designa el hecho”. La experiencia de placer siempre incluye un más allá. Esa zona es la que se nombra como goce. Estamos en una época post liberación sexual que caracterizó a los 70, que podemos llamar “pornografía generalizada”. La oferta es, realmente, casi ilimitada. Empuje en la cotidianeidad: “¿Cómo voy a hacer para gozar más”?
El amor no es sin el goce. Hay una dimensión sintomal que mediatiza la voluntad de goce en un saber hacer que promueve un deseo de objeto. La homeostasis del principio de placer no es compatible con el estatuto del parletre.
Miller ha ubicado la relación entre el amor y el goce para las mujeres. El hombre en su goce del órgano puede gozar en silencio, en las mujeres el goce se entrama con el amor, siguiendo en esto a Lacan, “amar es dar lo que no se tiene…”, ahí entonces la palabra. ”¿Cómo se conjugan el cuerpo y el lenguaje para hacer goce, para hacer gozar?”. Para hacer goce, el cuerpo y el lenguaje se conjugan en el sinthoma.
Se pondrá en juego un encuentro en lo azaroso. Se trata de la contingencia en la que se da el encuentro de lo que en cada quien marca “su exilio de la relación sexual”
El amor finalmente no es más que ese encuentro sintomático y contingente, en el que se juega el goce del Uno, no sin el Otro. Con la expresión el Seminario 19: “Hay de lo Uno” Lacan despeja la insistencia, la pura iteración del Uno que se instala como núcleo del sinthome. “. Lo real del sinthome a alcanzar es la pura percusión del significante en el cuerpo”. Estamos a nivel de eso goza. El lugar del goce para el hablanteser no es otro que el cuerpo.

BOLETÍN Nº 5

El cuerpo en las psicosis y los autismos
Podríamos decir que vivimos en la época del autismo. Esto lo podemos plantear en dos sentidos: la ciencia ha extendido a la infancia un diagnóstico generalizado, el del “espectro autista”.
Por otro lado, se puede pensar a la época como de un “goce autístico”, que, tal goce solitario, no hace referencia al diagnóstico propio de autismo.
El autismo nos interroga, nos cuestiona en relación al cuerpo y al lenguaje. Esto en la medida que cuerpo y lenguaje siempre introducen una dimensión de alteridad.
En el campo del psicoanálisis partimos de una creencia. La creencia en el sujeto del inconsciente, en el sujeto de la palabra y del lenguaje. Esto es, la dimensión del Otro.
¿Qué decir del cuerpo del autista que pareciera no creer en el Otro? Eric Laurent nos señala que se trata en el autista de un encapsulamiento que rechaza al Otro. Habría que articular que en la medida que el Otro es el cuerpo, para el autista no habría cuerpo, que la creencia en el cuerpo, en el Otro, está profundamente rechazada, y esto a diferencia del campo de las psicosis, donde otro se constituye por ejemplo en las voces.
La cuestión es que para consistir un cuerpo, es necesario el Otro. ¿Qué Otro, qué cuerpo para el autismo y las psicosis?

Cuerpos y consumos – Por Adrián Secondo

La definición que Lacan da de la droga en la clausura de las jornadas de carteles de 1975, La única definición de la droga es lo que rompe el matrimonio con el hace-pipí, es una fuerte afirmación de la que hay que extraer sus consecuencias.
¿La ruptura de la que habla allí implica un goce por fuera del fantasma, del goce fálico y del cuerpo?
Si la castración es definida justamente como la operación que produce el matrimonio con el falo, su ruptura, no implicará las operaciones de negación ni de represión, en tanto por esa vía se obtiene el retorno de lo reprimido como una solución de compromiso y no de ruptura.
Esta ruptura debemos ubicarla como un modo particular de rechazo sin ser una forclusión, por lo que se obtiene un goce no regulado por la medida fálica.
En la psicosis constatamos un retorno en lo real del goce sin medida pero que además es un goce del Otro que mortifica al sujeto. Este Otro puede amenazar desde afuera o desde el cuerpo, aunque deconstituido, provocando fenómenos enloquecedores como el lenguaje de órganos.
Todo cuerpo está afectado por el lenguaje, así también lo testimonia la histeria y la obsesión a su manera.
En la toxicomanía y el alcoholismo, la relación al Otro se encuentra profundamente alterada pero de manera diferente.
Siguiendo a Freud, por medio de la droga el sujeto se independiza del Otro lo que conduce más bien a un goce autoerótico.
Aunque habría que tener en cuenta que toda producción de un afecto debería leerse como la incidencia del lenguaje en el cuerpo[1] y nunca como resultado de la química de una sustancia.
Sin dejar de tener en cuenta que operan los apuntalamientos somáticos cabría preguntarse si en el estado toxicómano se goza con o sin el cuerpo, o si se pierde el cuerpo y se juega más el organismo.
Bibliografía consultada
Silliti, Una nueva ética, la ciencia y sus productos, Pharmakon 1
Klairnes, Efectos de la sustancia en el cuerpo, Pharmakon 11. Grama ediciones.
Bousoño, Carrew, Cid, Rojas, Toxicomanía y cuerpo, Pharmakon 11. Grama ediciones.
[1] Indart, Del cuerpo en el alma en los debates diagnósticos actuales, 208, inédito

BOLETÍN Nº 6

¿Cuerpos Cosméticos? – Por María Marciani
En todas las épocas, la cosmética ha sido un modo de tratar de velar el paso del tiempo o las marcas que no coinciden con los ideales de belleza de cada época. El uso de elementos cosméticos para el logro de esos ideales ha sido una constante en la historia humana. ¿Podemos decir que hoy cumplen la misma función? ¿Podemos decir que los nuevos cuerpos que produce la industria cosmética hoy considerada como una ciencia de la salud, y en la que se incluyen la cirugía estética y la dermatología, producen nuevas satisfacciones?
Sin dudas ya son una forma de vivir la pulsión en esta época. Creada entonces la necesidad del cuerpo prefecto, la industria cosmética asociada ahora a la medicina dan respuestas, que si bien para algunos, son recursos; para otros el efecto es contrario. A más intervenciones mayor angustia ya que lo que no entra en la imagen, lo que no se consigue por esa vía retorna de modo horroroso frente al espejo.
El no sentirse bien que queda velado tras la imagen (no verse bien) retorna como angustia y eso es lo que, en las primeras entrevistas, debe saber leer el analista, alojarlo hasta que lo indecible pase a la palabra.
Así en las Jornadas podremos escuchar en el testimonio del pase, como el pasaje por un análisis, pasaje por el tratamiento por vía de la palabra y no de la imagen, del sufrimiento que se repite, se podrán encontrar nuevos modos de satisfacción.

Erotismo y pornografía – Por Guido Vernet
La apariciòn del objeto a en el campo del Otro, en el campo visual, como objeto no común al campo, puede ocurrir en una forma ordenada, que sólo desentona y erotiza la imagen del Otro (lunar postizo). Sin embargo puede ocurrir también que, al ser cargado con el motín libidinoso del desorden, “Triebregung”, aparecer como un objeto no común , desordenado en el campo visual , objeto ansiógeno , por ser un objeto extraño al campo y puede tener efectos de angustia (vía regia a lo real ) o de despersonalización , (unheimlich) lo ominoso , lo inorientabe del sujeto confrontado a sí mismo , (el Horla de Maupassant), se descubre a sí mismo de espaldas (como un guante dado vuelta).Es allí, entonces, cuando, la falta no falta.
El sujeto en el campo escópico normal está asegurado de la no aparición de este objeto a , que se encuentra enmarcado , sustraído , que queda no reflejado, es decir el sujeto, a resguardo de ser angustiado. Por ejemplo en las obras de artes antes de Marcel Duchamp, el artista busca inquietar al espectador, lo enfrenta al objeto a. En el arte cristiano barroco, éxtasis de los cuerpos ,sin la presencia de la cópula, pasamos a la pornografía donde aparece en el campo la cópula, fantasma filmado para los apetitos perversos, la prueba de la ausencia de la relación sexual, y encontramos la superyoisización del mundo moderno .Ese goza, ¡goza más!, y la renuncia al placer.
¿Qué público para estas pantallas? Apaciguar la angustia, producida, en el registro de la no relación sexual, masturbadores aliviados, se encuentran con sueños diurnos ya hechos. El obstáculo es el Falo, que deja sin pensar al hombre su posición y a la mujer en la mascarada femenina.

BOLETÍN Nº 7

Entrevista a Ana Ruth Najles
“El contrato ha desplazado a la ley” Pablo Chacón (Télam) a Ana Ruth Najles.
T : Entonces, ¿intimidad, extimidad o sinthome?
N : El psicoanálisis ha demostrado que la intimidad está perdida para el ser que habla, por el hecho de que cada uno se ha constituido a partir del caldo de lenguaje en el que ha caído sumergido desde su concepción. El términoextimidad es un neologismo inventado por Jacques Lacan que remite a un lugar de exterioridad íntima en el ser hablante, que lo deja en situación de ajenidad respecto de sí mismo. Si bien el término es de Lacan, se apoya en el hallazgo freudiano de lo Unheimlich (Lo siniestro) en tanto esto supone que lo familiar puede volverse extraño. Es decir, la extimidad marca un hiato que se manifiesta como un no estar en casa de uno mismo puesto que no hay identidad para el ser que habla. Esto es algo que Freud puso en evidencia al describir la necesidad del ser hablante de constituirse en relación con el otro al que se identifica. Yo es otro, decía Rimbaud. La paradoja es que lo más íntimo es el Otro del lenguaje. La paradoja puesta en juego es la del Otro que rompe con la identidad íntima y es lo que ilustra que no hay identidad íntima. Esto es observable en la fascinación que ejercen los talk shows o las catástrofes televisadas donde aparece lo otro íntimo en el exterior. Algo de eso que hace a lo más íntimo del que está mirando aparece en el exterior, en la pantalla del televisor, y lo atrapa, transformándolo en puro objeto mirada. Por esa razón, las delicias de la intimidad se ponen en un análisis en tela de juicio.
El psicoanálisis demuestra que no hay intimidad. Lacan se refiere a una frase de San Agustín en sus Confesiones respecto de su relación con Dios: interior intimo meo [Dios] s de la intimidad es lo que se soos or eso aqupi caen tela de juicio en el annce y va a situarse otra dimensi los signific¨|ª más interior que lo más íntimo mío. Esto es lo que le permite captar eso que la ciencia elide, porque lo éxtimo es el lugar donde se aguarda, se cree reconocer lo más íntimo. Hay, entonces, dos vertientes de lo éxtimo. Una es la del significante, la del lenguaje que es éxtimo al sujeto porque se ubica en el lugar del Otro, razón por la cual el discurso del sujeto es el discurso del Otro. Y otra, la del objeto causa de deseo y angustia. La extimidad va a ser el lugar de la causa para el que habla y el de la angustia como índice de lo real del goce.

T : Si amplias…
N : La angustia está en relación con el agujero de la extimidad, el agujero de la causa introducido por la lengua en el viviente. Ese agujero del que nada se puede decir da cuenta del modo de satisfacción pulsional que agita al cuerpo de cada ser parlante. Y esto es lo que al final de su enseñanza, Lacan denominará con el término sinthome. Agregando que el analista, en su práctica, ocupa por estructura el lugar del sinthome o de lo éxtimo para el que habla. Y así, siempre se ama o se odia en el otro algo que tiene que ver con lo éxtimo. De lo contrario, no hay amor ni odio.

T : El sujeto se constituye como falta en ser respecto del significante; “o hay nombre para su singular modo de gozar.
N : Ese es un punto de falta en el decir. Esta falta no es contingente sino estructural; el lenguaje desnaturaliza al ser hablante y carece de significantes para nombrar el modo de gozar de su cuerpo, que hace a cada uno singular. Ese punto de falta es imposible de obturar. No hay relación sexual. Lo que significa que no hay relación -salvo convencional- entre las palabras y las cosas, así como no la hay entre los seres parlantes. Por eso Lacan inventa los cuatro discursos. Para dar cuenta de lo que constituye al lazo social entre los seres hablantes.

T : Ir de la creencia a la increencia es el recorrido de un psicoanálisis, ya que supone ir de la alienación al Otro del lenguaje a la separación respecto de ese Otro.
N : Pero el riesgo contra el que nos alerta Lacan es el del cinismo. Ya que si bien no hay Otro, sí hay los otros con los que hay que convivir. Y es por eso que inventó el pase, para que los analistas, uno por uno, puedan dar cuenta ante sus pares de cómo hicieron ese recorrido. El pase supone una política del lazo social no basado en la creencia en el Otro sino en la responsabilidad subjetiva respecto a los otros, lo que se opone totalmente al cinismo. La división del sujeto por el significante deja al sujeto sin identidad a nivel del semblante. Pero lo que Lacan descubre en su práctica es que ese agujero es obturado en lo real por el goce del cuerpo. De modo que a pesar de la caída de la distinción adentro/afuera que supone la extimidad, cada ser hablante es llevado a hacerse responsable de ese goce del cuerpo que siempre aparece como Otro y que denominamos sinthome. Y ese goce aparece como Otro porque no somos un cuerpo sino que tenemos uno que siempre goza por su cuenta. Y ese goce es el goce del Uno.

T : En la era del goce del Uno ya no es posible pensar la masa en los términos de Freud: la identificación a un significante ideal y de los integrantes de la masa entre sí, como sucediera en la época de los totalitarismos. ¿Esto es así?
N : Como afirma Jean-Claude Milner, estamos en la época en la que el contrato ha desplazado a la ley que vale para todos. De ahí la impunidad imperante y el enloquecimiento de los seres hablantes. Actualmente, los agrupamientos son evanescentes, se licúan rápido, para usar un término elegido por Zygmunt Bauman, se producen situaciones puntuales. Sobre la supuesta emancipación de la que nos habría provisto la tecnociencia, cito a Gustavo Dessal en una entrevista reciente: La función que el sistema le ha otorgado a la tecnología, ocupa, en cierta forma, el mismo rol parental de antaño. ¿O acaso no es el sistema, parapetado tras ella, quien controla y dicta las normas? Tal vez no se vea con demasiada claridad su rol opresor, dictador y regulador de la vida cotidiana. Más nos vale estar atentos ya que nosotros sí, somos observados por ella.

¿Qué lugar para la praxis lacaniana en esta época? – Por Cecilia Scovenna
Este título es una pregunta que me interroga constantemente en el ejercicio de mi práctica, aún como psiquiatra. En el IV Coloquio Seminario que tuvo lugar aquí en Rosario, Ana Ruth Najles nos orientó con una frase: “el psicoanálisis debe responder al malestar de la cultura en que se vive”. Entonces, ¿cuál es el malestar actual de nuestra cultura?
Vivimos en una época tomada por dos discursos: el capitalista y el de la ciencia. El primero ofrece una inagotable fuente de objetos obturando al sujeto la pregunta por su deseo, y por su modo de gozar. El segundo, la ciencia, ha entrado en un terreno antaño abandonado y que fue lo que posibilito, en parte, los estudios de Freud sobre la histeria a inicios del siglo XX. Pero actualmente con la ciencia y sus desarrollos en neuro-imágenes, manuales diagnósticos y demás herramientas ha ubicado al síntoma como anormal y por lo tanto a cancelar, suprimir. J. A. Miller en su curso “El lugar y el lazo” dice que hay un movimiento por parte de la ciencia “que va hacia el síntoma mudo, es decir, que no tiene nada que decir”.
Mi pregunta se sostiene: ¿cómo interviene el psicoanálisis bajo estas coordenadas?

Bibliografía:
IV Coloquio Seminario. Proposición sobre la formación del psicoanalista. Inicios y finales de la cura 1967-2014. EOL Sección Rosario. 28 de junio de 2014.
“El lugar y el lazo”. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Ed. Paidós. Marzo 2013. Cap. XIV: El sueño estructuralista. Pág. 281.

BOLETÍN Nº 8
“El lazo con los objetos” – Por Rubén López
En principio, este título, evoca que un lazo es en la práctica del Psicoanálisis, una atadura o ligazón libidinal que el parlétre tiene con algo que viene al lugar del objeto perdido, o al lugar del objeto que produjo o produce una satisfacción. Por lo tanto lo Múltiple y lo Uno está allí en cuestión. Se tratará de constatar, ubicar cómo giran los elementos en juego: parlètre-objeto. Este girar no es más que lo llamado por Lacan, Discurso, donde se articularán sitios y elementos.
Si nos situamos mínimamente en nuestra práctica tenemos que, en la enseñanza de Jacques Lacan, y a partir del seminario X, la particularidad que el objeto es cesible, es decir, puede reemplazar el objeto natural por un objeto mecánico. Lo relacionamos en nuestros días con la cadena de la fabricación humana de objetos que pueden ser equivalentes a los objetos naturales. Lacan nos dirá: “La función del objeto cesible como pedazo separable vehiculiza primitivamente algo de la identidad del cuerpo, antecediendo en el cuerpo mismo en lo que respecta a la constitución del sujeto”. Más adelante, en este seminario dirá: “Son siempre objetos cesibles y son los que desde hace mucho tiempo se llaman las obras, con todo el sentido que tiene este término, incluso en el campo de la Teología moral”.
Aclaremos que estos objetos reemplazables no son “el objeto a” en cuanto tal, porque este objeto escapa al sentido que permanece opaco, pero este carácter cesible del objeto será el que permite al analista encarnar el objeto causa del deseo en un análisis.
Hay que reflexionar qué lazo hay entre el “objeto a” que no es del sujeto y que tampoco su cuerpo, ya que Lacan en el seminario XXIII dirá “el parlètre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad no lo tiene, pero su cuerpo es su única consistencia”.
El sujeto encuentra su soporte en el objeto “no se disuelve en él, sino que se conforta con él” pues ese objeto es “el suplente del sujeto”. Aquí podríamos decir que será una de las causas de esa ilusión que tiene todo sujeto que posee al cuerpo. Quedarán abiertas las preguntas ¿Cómo alojar en el Otro al “objeto a” en la medida que se pone el cuerpo del lado del “objeto a”? ¿Qué sucederá cuando en la vertiente de la enseñanza de Lacan el sujeto es un objeto para el Otro, dando como consecuencia que el lazo que tendrá con el Otro será siempre desde la posición de objeto requerido por el Otro?
J. A. Miller en su curso dirá “el Otro no existe. Lo que existen son los objetos”. El sujeto hace existir al Otro mediante los objetos. ¿Cómo los objetos de consumo intervienen en esta dialéctica?

Dispositivos institucionales – Por Fabián Dutto
“Si es imposible tratar la situación con S1, S2, a, vamos a tratar con el $ (sujeto barrado)”.
Cuando hablamos de dispositivos, hay que tener en cuenta que no siempre nos referimos a lo mismo, en sentido general se puede presuponer que es un aparato de ficción destinado a producir efectos en un sujeto, una comunidad, una institución etc.
Desde el psicoanálisis, los elementos pilares propuestos por Freud son la asociación libre- atención flotante y la interpretación. Lacan a partir del seminario XVII formalizará el dispositivo psicoanalítico con los cuatro discursos.
En dicho seminario Lacan dice: “No son más que la articulación significante, el dispositivo, cuya sola presencia, el hecho que exista, domina gobierna todas las palabras que eventualmente puedan surgir. Son discursos sin la palabra…”
Tenemos una estructura cuaternaria discursiva y sin palabras, donde verdad y producción están disyuntas.
Estas articulaciones significantes nos permiten encontrar el horizonte a las respuestas de lo que ocurre en un dispositivo, y más aún en las lagunas de los trabajos interdisciplinarios tan de moda en nuestro tiempo, cuando no se sabe qué hacer con los S2 y se recurre al límite de otra disciplina, y ahí se encuentran con el no entendimiento, con lo que el otro dice.
Se trata de proponer un espacio donde la cadena Ste. se abre y el sujeto encuentra su lugar. Desencadenar los poderes de la palabra, es la aplicación de la palabra sobre sí misma; una vía de acceso al inconsciente.

BOLETÍN Nº 9
TRATAMIENTOS DEL CUERPO – Por Graciela Tomassone
El cuerpo ha tenido siempre un lugar importante para el Psicoanálisis. Desde que Freud comenzó a escuchar a las histéricas, que decían, a través de sus cuerpos, de las represiones instaladas como mecanismos de la sexualidad, se han ido produciendo modificaciones en relación a los modos de uso de los cuerpos. Lacan nos dijo: “Tener un cuerpo es poder hacer algo con él”. Poder hacer algo con él es poder anudar en un triple registro lo real del goce del cuerpo y su imagen con el Otro de lo simbólico. La ciencia y la tecnología, con sus descubrimientos actuales, contribuyen para que los sujetos armen sus cuerpos de maneras impensadas e ilimitadas, ocultando y destruyendo las marcas propias que los vivifican, de tal modo que dejan al descubierto la incidencia de la pulsión de muerte, constitutiva del sujeto. Pero los analistas nos encontramos con el reverso de la incidencia de este cientificismo, el reverso es la angustia. Es allí donde está nuestro lugar. Cuando se pierde el beneficio imaginario que otorga la ciencia, el sujeto puede buscar su propia presencia en el mundo. En estas próximas Jornadas de EOL Rosario seguiremos trabajando estos temas.

“Rechazo del Otro” – Por Marta Ricciardi
…”cuando se habla del cuerpo vivo…”…” he aquí el cuerpo que está afectado de goce” (1)
…”comporta un acento diferente según el cual el cuerpo funciona por su propia cuenta…” (2)
En el Seminario 11 si bien hay un cambio de paradigma del inconsciente que incluye lo real y el goce, Lacan sostiene la tesis de la anorexia como maniobra del sujeto con la finalidad de abrir una falta en el Otro.
En el Seminario 21, la acción anoréxica ”como nada” no tiende a abrir una falta en el Otro, sino que pone el acento en el “rechazo del Otro”* como tal, rechazo del saber inconsciente, como algo que horroriza tanto que el sujeto prefiere dejarse morir antes que encontrarlo.(3)
El saber que la anoréxica acepta es un saber-goce-sin límite, le horroriza el encuentro con la castración, o sea con la falte en el Otro y con la propia división subjetiva. La pregunta por la comida, comer o no comer le sirve para ocultar ese encuentro.
Esta posición pone en relación la última enseñanza de Lacan con su escrito Los Complejos familiares, la anorexia -por la similitud del destino pulsional- con las toxicomanías.
*”Rechazo del Otro” formula que J.A. Miller utiliza para definir la esencia de la anorexia mental.
Textos consultados: (1) J.A. Miller La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica – (2) J.A. Miller Curso de Orientación Lacaniana (2004-2005) Piéces détachées. Inédito – (3) Cosenza, Doménico La anorexia en la última enseñanza de Lacan Virtualia Revista Digital de la Escuela de la Orientación Lacaniana

BOLETÍN Nº 10

¡Alojamientos y hospedajes!

Fecha: 03/10/2014.
Sede: Rosario

ROSARIO
• Hotel Presidente ****SUP – Corrientes 919. Rosario, Argentina.
Categorías SGL DBL
• EJECUTIVA (STANDARD) $ 487 $ 550
• CONCEPT $ 557 $ 634
• SUPERIOR $ 592 $ 675
• Hotel Riviera ****SUP – San Lorenzo 1460. Rosario, Argentina.
Categorías SGL DBL
• EJECUTIVA (STANDARD) $ 473 $ 537
• SUPERIOR $ 661 $ 661
• Hotel Libertador **** – Corrientes 752. Rosario, Argentina.
Categorías SGL DBL
• EJECUTIVA (STANDARD) $ 404 $ 459
• CONCEPT $ 431 $ 495
• SUPERIOR $ 564 $ 564
• Hotel República ***SUP – San Lorenzo 955. Rosario, Argentina.
Categorías SGL DBL TRP
• EJECUTIVA (STANDARD) $ 383 $ 439 $ 589
CONDICIONES DEL CONVENIO
• Tarifas: Las presentes tarifas, son por noche de alojamiento y por habitación y están
sujetas a modificación y a disponibilidad con reserva previa. Incluyen Desayuno Buffet y
WiFi Free.
• Moneda: las tarifas están expresadas en Pesos Argentinos ($).
• Tasas e Impuestos: los mismos no están incluidos. (Argentina – IVA 21%).
• Horarios: Ck in 13:00 hs. – Ck out 10:30 hs.

BOLETÍN Nº 11

¿QUÉ DIMENSIÓN ADQUIERE EL CUERPO CUANDO SE TERMINA UN ANÁLISIS?
Por Carolina Rovere

La pregunta que orienta mi contribución es otra de las perspectivas de los Nuevos cuerpos y las nuevas satisfacciones: las que operan en el cuerpo como saldo de un análisis. Para comenzar podemos hacer una reflexión basada en la lógica: si el goce es del cuerpo entonces todo cambio en el régimen del goce, que se verifica en el fin de análisis, implica necesariamente una modificación en el cuerpo.
¿Qué nuevo cuerpo para el fin de análisis? Vemos que los testimonios nos demuestran cómo el sujeto se suelta de la determinación sufriente del fantasma, es decir del goce de sufrir, y esto seguramente es, como dice Miller, un “andar bastante mejor en la vida”. En algunos casos encontramos que hubo cambio de escenario, de escena y de actores; en otras situaciones permanecen los mismos actores y escenarios pero el sujeto puede armar escenas mucho más interesantes.
En nuestras jornadas, los invitamos a presenciar el testimonio de quien ha finalizado su análisis y pasado por el dispositivo del pase inventado por Lacan para dar cuenta de ello. Tenemos entonces la oportunidad de escuchar cómo en la singularidad de este caso, se produjo esta transformación que hace del cuerpo un nuevo cuerpo, una nueva satisfacción.
TE INVITAMOS A ESCUCHAR LAS ENTREVISTAS REALIZADAS A:

– SILVIA BAUDINI – Directora de la EOL -AME y miembro AMP
– BEATRIZ UDENIO – AE de la EOL-AME y miembro AMP
DOS JOYITAS CREADAS POR: Tomás Verger – Tomás Piotto

ROSARIO/12
Pasaje del sufrimiento a la solución
Por Beatriz Udenio*
Para escribir este breve texto necesito inventar mi audiencia, la que quiera hacerse lectora de lo que me interesa pasarles. Esto tiene un fundamento. Tendré el gusto de participar de las Jornadas «Nuevos Cuerpos. Nuevas Satisfacciones. Respuestas del psicoanálisis», de la EOL- Rosario, este sábado, desde las 9, en la Federación Gremial (Córdoba 1868).

Hay en la asociación psicoanalítica a la que pertenezco y que muchos de ustedes conocen, un dispositivo –llamado Pase– al que aquel que considere que ha terminado su análisis puede dirigirse y solicitar dar cuenta de cómo ha llegado al final de su recorrido analítico. Al concluir mi (tercer) análisis decidí presentarme allí, buscando transmitir lo que resumiré como el pasaje de un sufrimiento a una solución.
La frase es corta, el trayecto fue largo. Es siempre así con el lenguaje: algo queda en un medio decir, inabarcable en su totalidad, que puede atraparse en efectos que, en general, prescinden de una amplificación del sentido y resuenan, más bien, en el tono y el color que toman algunas expresiones que resultan afortunadas.
El periplo de un análisis es así: hablamos, mucho, siempre demasiado en relación con lo que habría que circunscribir. Necesitamos contar con la oportunidad de que un analista se haga lector de lo que escucha –lo que implica una enorme reducción, ya que se trata de oír algún que otro término que «suena» fuerte en tanto no se espesa de sentido– y de consentir a reducir la necia satisfacción que nos produce el blá blá dedicado a camuflar nuestra estofa de hablantes.

Aspiramos, por esta vía, a transformar nuestra humana pasión por el padecimiento en alguna forma de nueva solución. Así fue en mi caso, donde el modo de experimentar un haber nacido fuera de tiempo y fuera de lugar –dislocada– fue desplegándose hasta lograr transmutar el sufrimiento que eso me implicaba en un modo de localización y locomoción, anudados al gusto por ir y venir, por dar la vuelta. Entre las vueltas más apreciadas, está mi gusto por dialogar con otros, más «otros» que los de la propia parroquia, cuestión que hunde sus raíces en mis condiciones de llegada a una familia extranjera, donde busqué hacerme un lugar, meciéndome entre lenguas y costumbres diversas, hasta llegar a disfrutar de esa posibilidad, sin la necesidad de «encantar» al íntimo extranjero que me inquietaba. Y admitir que es en la estructura de los seres que yunta entre el lenguaje que nos atraviesa y el cuerpo que soportamos.
Una vez obtenido este saldo del análisis y pasado por el dispositivo que culminó con mi nominación como Analista de la Escuela (AE), una pregunta se me impuso: ¿Para qué querría alguien hacer el Pase si no fuera para transmitir a cualquiera que se interese en ello, en qué un psicoanálisis sirve para transformar un sufrimiento en una singular solución?

Dije «transmitir a cualquiera». El asunto no es evidente. Al inicio, los resultados del dispositivo se guardaban para el debate interno a la asociación psicoanalítica. Y por buenas razones. En especial, la dificultad para difundir más abiertamente lo obtenido de modo tan singular, imposible de tipificar. Sin embargo, esta condición no impide sino que estimula a buscar los modos de convidar a cualquiera a que se interese en escuchar.
Es decir: «¡Oigan, lean, esto es para lo que un psicoanálisis sirve!». Concluyo que por ello me zambullí en este trabajo, en clarificar, en dar pruebas. Me interesa el «pase» a otros, de lo que esa experiencia me ha permitido. ¿Involucra nuevas satisfacciones y una nueva relación con el cuerpo? Sí. Pero se trata, sobre todo, de una forma de vivir la vida. También, de sostener mi relación con el psicoanálisis, cada día.

*Analista de la Escuela, AE, de la EOL.
Se acercan las Jornadas Anuales de la EOL Rosario y en ellas tendremos la ocasión de presentar nuestros libros:
– III Coloquio Seminario sobre «La ciencia y la verdad»
– La publicación del ERINDA :El niño: entre el saber y los objetos de la tecnociencia
Ambos Editados por GRAMA
Aquí enviamos el link a partir del cual podrá acceder al audio de la entrevista que Tomás Piotto y Tomás Verger le ha realizado a la Presidente del Consejo Estatutario de la EOL, Ana Ruth Najles. Contaremos con su presencia en nuestras XVI Jornadas. Aquí un adelanto!
– ANA RUTH NAJLES Presidente del Consejo Estatutario de la EOL
Informes e inscripción: Lunes de 17 a 20 hs. Martes, miércoles y jueves de 19 a 22 hs. en la sede de la Sección Rosario de Escuela de la Orientación Lacaniana. Jujuy 1610 Rosario, Santa Fe. Argentina.

+ 341 440 26 74 | + 341 153 160 680
eolrosario@fibertel.com.ar
www.eolrosario.org.ar/

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