POR OLIDEN RUBÉN LÓPEZ

Primera reflexión. Con Freud

El campo de una práctica que  abre Sigmund Freud trajo de inmediato una novedad sobre el cuerpo del humano. El recostaba un cuerpo ya sea como imagen y como pulsional. Ese cuerpo era portador de fijaciones y demostraba sus investiduras. Ese organismo era atravesado por representaciones de palabras. Es desde 1905
que el concepto de pulsión atraviesa el campo del saber para intentar explicitar la especificidad de la sexualidad del viviente. Respondiendo a las preguntas si la pulsión está en el cuerpo, o si es parte de su forma. Esa forma que se le vuelve irreconocible en muchas oportunidades o se desprenden partes hasta disolverse.

La histeria le enseña a Freud sobre un cuerpo enfermo de Verdad. La represión hace lo suyo expresado en retorno de lo reprimido. Allí él hablará de complacencia somática. Para que hablemos hoy más bien de rechazo del cuerpo, no acepta su propio cuerpo, hay asco.

Freud en 1910 hablará de la perturbación psicógena de la visión, para tomarlo hoy en día como un paradigma de las palabras y los cuerpos. Un cuerpo que está entre la autoconservación y la satisfacción pulsional puesta en trozos y su ojo , ese órgano es sexualizado, erotizado y no responde al saber funcional del cuerpo.. Volviéndose soporte de una satisfacción. Hay un acento puesto en el autoerotismo y que hoy diríamos “se goza”. Hay una infracción al funcionamiento normal (1).

J.A. Miller nos indica que habría un cuerpo epistémico y por otro lado un cuerpo libidinal, cuerpo regulado por el principio del placer y por otro lado un cuerpo desregulado, cuerpo goce.

Segunda reflexión. Con Lacan

  1. Lacan desde el comienzo de su enseñanza estuvo preocupado por encontrar las claves desde donde se construye un cuerpo más allá del organismo. De tal manera incluye “el estadio del espejo” a la función de la visión, satisfaciendo a la buena forma que es bajo una topología de la esfera como haciendo presente una completud. Sabemos que allí dirá que “la imagen del cuerpo propio da al sujeto el sentimiento jubiloso de estar ante un objeto que toma al sujeto transparente para sí mismo”. Queremos recordar que el sujeto no puede ver lo que allí se pierde.(2)

Al dar algunas torsiones sobre su enseñanza, lo imaginario del cuerpo, que introdujo  dando luego al yo,  va a ilustrar la articulación que prevalecerá en el Ideal del yo y en el Yo ideal. Para luego reafirmar en los nudos ese imaginario donde el cuerpo participará en la economía del goce. Ese cuerpo imaginario dará significaciones y sentidos a las representaciones propias y al mundo circundante. Podremos afirmar aquí que la única relación del parlêtre con su cuerpo es la adoración, un amor primario a sí mismo y no al Otro simbólico. Primero la relación con su propio cuerpo y por otro lado la relación con el cuerpo Otro, que instala un lazo donde hay pensamientos, sentido y una referencia a la relación sexual, “esa relación que no hay”. Lo real del vínculo social es la inexistencia de la relación sexual. Lo real del inconsciente es el cuerpo hablante. Porque no hay relación sexual hay lazo social.(3)

No somos un cuerpo, el parlêtre ¿lo tiene?. Primero Lacan tiene una respuesta positiva, pero luego al ligar el cuerpo al “objeto a” va a problematizar esta cuestión, ya que el objeto pone un límite, el cuerpo lo aloja y ese objeto pasa a ser del sujeto. Cuestiona esto en el seminario XXIII ya que dirá que el objeto no es del sujeto, pero tampoco es el cuerpo. Por esto recordamos las frases sobresalientes de Lacan “el parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene”. “En realidad no lo tiene, pero su cuerpo es su única consistencia” (4)

Entonces el sujeto encuentra un soporte, no se disolverá en él “sino que se conforta con él, hay una ilusión de que el sujeto posee al cuerpo” (5)

Tercera reflexión. El practicante y la ética

Para el practicante, los principios éticos se despliegan en toda la enseñanza, desde Freud a Lacan. En 1960 dirá Lacan “el psicoanálisis  es constitutivo de una ética a la medida de nuestro tiempo” (6). Está en la elucubraciones la dimensión del amor y su desilusión, un retorno del amor hacia el Padre y su regulación de las pulsiones.

Luego tenemos que la ética se perfila ya no en la prohibición sino en la imposibilidad que aloja la pulsión, el no cesar de no inscribirse. Una ética que ante todo, el practicante sea analizante perpetuo, extrayendo del sujeto supuesto saber trozos de saber en tanto singulares y más allá de los universales. No es una ética de las intenciones, sino de las consecuencias del propio análisis. Es un imposible que lo estamos constatando en los testimonios del pase que tiene que ver con la escritura, ya que es un real que se puede encontrar en el orden simbólico.

Si en el seminario de la Etica Lacan nos deja una máxima: “no ceder ante su deseo”, a partir del seminario XXI nos dice: ”quien no ama a su inconsciente, yerra”, “se tratará de amar el no hay”, una “incautación del inconsciente que no es una mentira”. Es en la perspectiva de amar sabiendo que no hay relación sexual, que no hay del Padre, el Padre pasa a ser una referencia vacía. En los rieles de un real sin ley que la contingencia se presentifica como aquello que surgió del trauma, que los trozos del síntoma, haciéndose sinthome marcan el camino de una ética actual para el practicante.

Referencias bibliográficas:

  1. Miller J.A. Curso La experiencia de lo real. Pág. 367 y 368.
  2. Musachi, Graciela El cuerpo en Los objetos a en la experiencia psicoanalítica VI Congreso AMP 2008. Scilet Pág 53 y 54
  3. Miller J.A. Lacaniana Nº 17 El inconsciente y el cuerpo hablante. Pág 19 y Tener un cuerpo Pág. 33
  4. Lacan J Seminario XXIII Pág 145
  5. Lacan J Seminario XXIII Pág 147
  6. Lacan J Discurso a los católicos

*Oliden Rubén López (Miembro EOL Sección Rosario y AM.P) Presentado en las XVI Jornadas Anuales Sección Rosario: Nuevos cuerpos. Nuevas satisfacciones. Respuestas del psicoanálisis  el 4 de Octubre de 2014, en la ciudad de Rosario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *